Sevilla

Al buen tiempo...más cuidado con la cartera

Al buen tiempo...más cuidado con la cartera
Al buen tiempo...más cuidado con la carteralarazon

El número de hurtos en Andalucía descendió un 4,5% en el primer trimestre del año, con 31.041 denuncias frente a las 32.515 de 2012. El descenso nacional fue de un 0,1%. En Almería cayeron un 8,5% (1.882 casos); en Cádiz, un 9% (4.288); en Córdoba subieron un 3,4% (2.564); en Granada aumentaron también un 3,4% (3.366); en Huelva se elevaron un 3,1% (1.787); en Jaén, un 3% más (1.374); en Málaga, descendieron un 7,7% (7.475 denuncias); y en Sevilla se recortaron un 6,1% (8.305 casos). Estas estadísticas, con la llegada del buen tiempo y el aumento de visitantes a una comunidad eminentemente de servicios y que vive de puertas para fuera como la andaluza resultarán difíciles de mantener. «Los carteristas lo saben», indica la plataforma StopCarterismo.

Según el informe de la empresa de protección y servicios de asistencia CPP «El carterismo y los carteristas», en Sevilla «los puntos calientes o de conflicto» son, entre otras, las zonas comerciales como la calle Sierpes, Tetuán y Campana, además de la zona de Nervión Plazay el Corte Inglés de Nervión. El análisis indica que «en lo que se refiere a las grandes aglomeraciones hay que tener en cuenta que la zona del estadio Ramón Sánchez Pizjuán y Benito Villamarín y especialmente los días de partido es un momento idóneo para que los carteristas cometan sus robos». Como puntos de interés turístico, destacan «los alrededores de la Catedral y las calles del barrio de Santa Cruz, Paseo Colón y plaza de toros».

«Las líneas de transporte público más apetitosas para los ladrones son las líneas de autobús céntricas, aunque la Estación de autobuses Plaza de Armas y estación de tren de Santa Justa son también áreas donde actúan con asiduidad», indica el informe. Lo mismo ocurre en los bares, cafeterías, restaurantes tanto del Casco Histórico como otras áreas con terrazas.

El informe describe a los carteristas como «profesionales del hurto, trabajan en grupo, están perfectamente organizados y conocen bien la legislación que les atañe». Por ello, «no suelen emplear la violencia, para no cometer un delito sino una falta, y no suelen sustraer más de 400 euros para que, si son detenidos, les sea imputado un hurto y no un robo», añade el análisis. «Son expertos en el arte del camuflaje, su entorno ideal son las aglomeraciones y sus víctimas favoritas ancianos y turistas. Son habituales y reincidentes y sus ganancias anuales pueden oscilar entre los 20.000 y los 60.000 euros, según estimaciones policiales», continúa. Habitualmente, tras robar un bolso, «suelen revender DNI y tarjetas bancarias por 30 euros a otros especializados en fraudes y los teléfonos móviles por entre 30 y 150 euros».

El informe explica que los carteristas tienen mucha movilidad geográfica, que actúan en diferentes zonas del territorio español y otras ciudades europeas. Los más vulnerables son las personas con una mayor tendencia a distraerse, ya sea por edad o por desconocimiento del entorno.

El análisis recoge diferentes técnicas que emplean estos delincuentes. Rozar a su víctima para averiguar dónde llevan la cartera o el móvil, aprovechar descuidos, distraer con situaciones morbosas, hacerse pasar por mujeres en busca de compañía, por madres con bebés o por turistas, observar dónde guardamos el móvil, taparnos la visión con algo o bloquear el paso para generar una aglomeración son algunas de los métodos comunes de los cacos.

El número de hurtos registrado puede resultar engañoso, ya que la mayoría, turistas sobre todo, no suele denunciar. Sólo ocurre en uno o dos de cada 20 hurtos.