ERE
Comandante nadie
«Usted, sin hablar de los ERE, no es nadie». Así se dirigió el presidente de la Junta al alcalde que más apoyo popular ha recibido en toda la historia política de la capital andaluza. Lo hizo Griñán el día antes de que la consejera Aguayo aguase la fiesta a esa parte del PSOE andaluz que, por temor o por lealtad, sigue considerando intocable cierta vieja guardia (pues detrás de Fernández y Viera están Pizarro, Zarrías y, sobre todo, Chaves). De hecho, en el PSOE, como en la canción, dos puntas debe tener el camino, porque cada vez que Griñán ha pretendido enmendar la plana a la dirección federal del PSOE ha recibido sonoros estacazos en forma de nuevos imputados y arrestados en el caso ERE. Los tiene que haber muy «a gustito» (Castro dixit) con la UCO y con Alaya y no necesariamente Don Nadie. Y es que tal vez algunos, aquí y en Madrid, decidieron hace tiempo apuntar con lanzas cada vez que el presidente federal decidiese salir de cañas. Una causa muy probable de por qué Carmen Aguayo se ha salido del guión de la comisión de investigación. Aunque desde luego, puestos a salirse, el vicepresidente Valderas, a cuyos mensajes en las redes sociales este fin de semana solo le ha faltado el silbidito del pájaro que, según el candidato venezolano Maduro, Hugo Chávez le envió desde el cielo. «Chávez vive», «La lucha sigue», «Gracias comandante». Todo ello con motivo del primer mes de la muerte del presidente petrobananero. Quizás, muy probablemente, tras leerlos, el propio Griñán ha podido sentir vergüenza ajena e incluso hasta arrepentirse de haber ninguneado a Zoido en el Parlamento. Al fin y al cabo, bien razonado, sin Chaves en su momento y sin los pro Chávez ahora, quien realmente sería nadie sería José Antonio Griñán. Y es que en política, más que ser o no ser, eres lo que eres.
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