Andalucía
Crisis de Podemos en Málaga: salida en bloque del secretario general y otros cinco cargos
Afirman que la formación «ya no representa una herramienta de cambio para los de abajo»
Los desencuentros internos de Podemos se han cobrado sus primeras víctimas. El secretario general de la formación morada en Málaga, José Antonio Vargas, dimitió ayer de su cargo, cuando se cumplía un año de su elección, al estar convencido de que la formación, que en Andalucía lidera Teresa Rodríguez, «ya no representa una herramienta de cambio para los de abajo». Y no se va solo. Junto a él, han presentado también su renuncia otros cinco miembros del Consejo Ciudadano. En concreto dejaron sus respectivos cargos Patricia Martos, Luisa María Robles, José Manuel Morillo, Susana Vergara y Yolanda Sánchez, «respaldados por una buena parte de las bases con las que compartimos proyecto y trayectoria política», según señaló el hasta ahora líder de Podemos Málaga.
Tras esos movimientos, el Consejo Ciudadano queda disuelto y será ahora Podemos Andalucía el que determine los procesos a seguir. Se trata de la conclusión de meses de tiras y aflojas en el seno interno de la formación y de discrepancias con la dirección nacional. Vargas lamentó que ya no haya «forma» de «fomentar los principios básicos de la autoorganización y la movilización; las bases de Podemos ya no son nada porque no se les pregunta nada ni pueden decidir nada», lanzó. Algo que, a su juicio, se ha reforzado aún más tras las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, en las que el partido se colocó como la tercera fuerza política. «El proyecto de Podemos ha ido virando a lo largo de su trayectoria, verticalizándose y derechizando su discurso, su programa y proponiendo medidas insuficientes para que la salida de la crisis se dé de una forma favorable para las clases populares», criticó el ex secretario general malagueño.
Es más, denunció que la formación de Pablo Iglesias «se ha convertido en un partido institucional más, en una herramienta de absorción de la movilización y, en definitiva, en un freno para la transformación social desde abajo». Frente a esto, defendió la «coherencia» de su discurso, que «ha chocado siempre con la dirección estatal», según admitió.
«No estamos dispuestos a sacrificar en democracia interna y en lo que haga falta con tal de conseguir puestos en las instituciones», aseguró Vargas a Europa Press, mostrándose especialmente crítico con Iglesias.
A su juicio, «el cambio tiene que pasar siempre por la movilización desde abajo y, a la hora de presentarse a unas elecciones, por un discurso rupturista; había que enfrentarse al capitalismo y no bastaba sólo con su reforma». En este sentido, reiteró que la formación moderada ya «no constituye la herramienta del cambio» y abogó por «construir otra desde distintos frentes y sectores, desde distintos colectivos y organizaciones, pero sobre todo desde la movilización y la defensa de un programa de ruptura con el régimen actual». Al cierre de esta edición, Rodríguez no se había pronunciado sobre la salida en bloque en Málaga.
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