Bibliotecas y Museos
Cuatro años del robo sin resolver en el Museo de Bellas Artes de Sevilla
Se han cumplido cuatro años del robo en el Bellas Artes de Sevilla, la segunda pinacoteca de España. El 20 de febrero de 2009 se dio parte a la Policía de la desaparición de la cruz de madera que portaba la escultura de Santo Domingo Penitente, de Juan Martínez Montañés, que se encontraba en la sala X del museo. El caso continúa sin resolver. Tras el robo, prácticamente, lo único que ha cambiado es la contratación de un agente de seguridad en la puerta del Bellas Artes, que impide el acceso con mochilas y bolsos. La desaparición de la cruz puso de manifiesto un serio problema de seguridad, por más que se alegara que el objeto robado no tenía valor artístico. El Santo Domingo Penitente es una pieza tallada por Martínez Montañés en 1605 para el retablo del desaparecido monasterio de Porta Coeli. Para bien o para mal, el robo en el Bellas Artes quedó en anécdota entre la ciudadanía, algo así como la colocación del escudo del Betis en la Torre Pelli. No hubo escándalo social y su repercusión fue menor que la del «affaire» de los albañiles del rascacielos. La Junta dijo que era «un hecho sin importancia», ya que la cruz no era la original. De las deficientes medidas de seguridad, de las relaciones entre el personal del museo y de la Delegación provincial de Cultura, de la posibilidad de que cualquiera pudiera haber atentado contra el patrimonio apenas se dijo nada. Ni siquiera quedó claro cuándo se produjo el robo. Ni si realmente se trataba de una réplica. Ni la oposición le dio importancia. El caso no está cerrado, pero sí la investigación. Se dijo que pudo ser la gamberrada de algún escolar, alguien que conociera el funcionamiento interno del museo, que las cámaras siquiera funcionaban... Según la Policía, las cámaras filmaban, pero se tardó en denunciar más de dos semanas y el sistema regraba sobre las mismas cintas y lo almacenado se elimina. En, como poco, 15 días nadie se percató de que no estaba la cruz. Todos los empleados testificaron, sin resultado. En las casas de antigüedades de Sevilla tampoco se localizó la pieza. Se dio comunicación a toda España. La Junta sustituyó la pieza robada por una réplica sin informar de ello. Falta de personal, pocas y viejas medidas de seguridad, mala organización de los vigilantes y ausencia de protocolos de seguridad son algunas de las deficiencias que se localizaron... sin que dimitiera nadie. La presión llevó a la Consejería a renovar el sistema de videovigilancia, que no se cambiaba desde 1993, y colocó a un agente privado en la entrada. Más de cuatro años después, en ocasiones, la vigilancia de las salas continúa resultando testimonial. La pinacoteca tiene 60 cámaras que funcionan a través de un circuito cerrado, con un empleado visionándolas.
Sin ampliación a la vista ni Patronato
Desde la Asociación de Amigos del Museo, Antonio Rodríguez Almodóvar lamentó que haya «pasado tanto tiempo sin que se sepa nada» del robo. Desde Velázquez Por Sevilla, su presidente, Guillermo Caballero, insistió en que «el Bellas Artes necesita un Patronato», con la participación del Ayuntamiento y otras entidades, pero «la Junta no quiere». Caballero se quejó de la «burocracia» y los «agravios comparativos». La ampliación del Bellas Artes, proyectada con un aumento de 9.175 metros cuadrados incorporando el Palacio de Monsalves e inmuebles colidantes de la calle Alfonso XII debería estar para el año próximo, pero la falta de dotación presupuestaria hace difícil su conclusión. «Sin embargo, para la aduana de Málaga sí hay fondos en los presupuestos». Velázquez por Sevilla recordó el caso del Museo Arqueológico «con el Tesoro del Carambolo original en una caja fuerte desde hace 50 años» por «no contratar un par de guardas de seguridad». La entidad considera que la gestión de los museos resulta «muy deficiente, patética» y recordó que el Bellas Artes es «la segunda pinacoteca de España y el décimo monumento más visitado de Sevilla».
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