Málaga
Detienen a once personas de una red que transportaba droga para grupos delictivos
La Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal encargada de transportar droga desde Málaga a otros puntos del territorio nacional e internacional por encargo de otros grupos, en una operación en la que se ha detenido a los once integrantes del grupo, a quienes se acusa de delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y falsedad documental. La red desplazaba la droga, adquirida en el Campo de Gibraltar, a gran velocidad en vehículos de alta gama, que ocultaban en varias fincas. En la operación se ha intervenido quince vehículos, un total de 8.100 euros en metálico y 38 teléfonos móviles, además de 1.881 kilos de hachís.
La investigación se inició en agosto de 2016, cuando los agentes supieron de una organización que prestaba servicios a otro grupo criminal y que, ante el temor a ser descubierta, cesó su actividad durante unos meses, tras lo que empezó a adquirir nuevos vehículos potentes a nombres de testaferros.
Tras ese período de inactividad la banda cesó su actividad nuevamente tras enfermar gravemente el líder de dicho grupo y tras el fallecimiento del mismo, uno de sus hijos se hizo cargo de la dirección de dicha organización, retomando así sus actividades ilícitas.
Los miembros de la organización realizaban transportes de hachís por encargo utilizando el método conocido como 'Go fast', consistente en desplazar cargamentos de droga en vehículos de alta gama que circulan a gran velocidad, a través del cual realizaban los transportes desde Málaga hasta diferentes puntos del territorio nacional e incluso internacional. Los agentes interceptaron dos transportes de hachís en la carretera A-92, en los que se incautaron de 210 y 1.671 kilos de hachís, respectivamente.
En uno de los operativos el conductor del vehículo, al percatarse de la presencia de los agentes, intentó darse a la fuga, huyendo durante varios kilómetros hasta que fue interceptado, procediéndose a la detención de los ocupantes y la incautación de la droga. Se da la circunstancia de que en el vehículo viajaba un niño de tres años que la organización utilizaba para intentar pasar desapercibidos y disimular el transporte de la droga. El menor viajaba en la misma zona del habitáculo en la que habían ocultado siete fardos de hachís, con el consiguiente peligro para su seguridad ya que el cualquier desplazamiento accidental de los fardos, de un peso aproximado de 33 kilos cada uno, podía dañar al menor.
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