Andalucía
El faquir y la caracola
«Viva Andalucía. Acción. Las medallas, la gente, la adrenalina y el último de los arietes: la emancipación financiera»
La semana en Andalucía ha tenido su trajín. De la umbría de Grazalema al polvo de Tabernas, desde la marisma sanluqueña a la cima nazarí, el vaivén ha sido de aúpa. Va camino de completarse una semana de coco y huevo, cinco días que cabrían simbolizados en uno, una jornada jalonada por el desayuno en un extremo y el ayuno al otro. El lunes fue glotón. La semana, con los fastos del Día de Andalucía de por medio, requería de una primera ingesta de tragaldabas. El menú no era apto para un propenso a la úlcera: el Estudio General de la Opinión Pública Andalucía (Egopa). La caracola, de crema cocinada, fue siendo engullida como cada uno dio a entender. Se cuenta que en el PP hubo quien tragaba como un faquir. La presidenta, en cambio, tomó las fuerzas precisas de las natas del Egopa y allá que se fue a la «tournée» semanal. La secuencia se ha repetido en los dos sentidos, con el Día de Andalucía haciendo de gozne de la semana, en una especie de palíndromo presidencial. Luego del desayuno del lunes, el atracón. Niños, medios, trabajadores y, a continuación, el día grande. Las luces. Viva Andalucía. Acción. Las medallas, la gente, la adrenalina y el último de los arietes: la emancipación financiera, el adiós al FLA y ese sibilante sudor de la reivindicación. Ese grito fue el cénit de esta intensa semana que ha comenzado ya a declinar camino del ayuno y el asueto. La secuencia, que procede del grito suspendido del FLA, ha seguido al inverso: los trabajadores, el día anterior, y los niños, ayer, en Sanlúcar de Barrameda. Susana Díaz participó en una actividad sobre la dieta equilibrada en un colegio, donde ya no quedan caracolas. Ayuno para terminar. Llega el fin de semana. La jornada ha acabado en San Telmo. En la otra calle hay un faquir atragantándose.
✕
Accede a tu cuenta para comentar