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El Real como centro turístico de Sevilla
El Real de la Feria de Abril acoge la llegada masiva de turistas a quienes las altas temperaturas no amilanan siempre que haya disponible «rebujito»
El Real de la Feria de Abril de Sevilla se convierte en el centro turístico de la capital andaluza durante este fin de semana, cuando acoge la llegada masiva de turistas y de visitantes de pueblos de la provincia, a quienes las altas temperaturas no amilanan siempre que haya disponible "rebujito".
Desde poco después del mediodía una hilera de personas, en la que se mezclan quienes se engalanan con sus trajes de gitana y de corto con aquellos ataviados con una gorra, una mochila y una cámara de fotos, enfilan el trayecto que une las paradas de metro o autobús con el Real con un único objetivo: vivir la Feria.
Mientras muchos sevillanos aprovechan para irse a la playa a descansar después de cuatro agotadores días, hay quienes aprovechan el fin de semana para disfrutar de toda la fiesta que la jornada laboral no les ha permitido, ya que este año la Feria no ha tenido día festivo, aunque para el próximo año sí habrá.
A los sevillanos, de la capital y muchos de los pueblos de la provincia, se unen muchos madrileños, motivo por el que Renfe ha reforzado hasta el domingo el AVE Madrid-Sevilla con 6.000 plazas y en total ofrece 47.000 asientos entre el jueves y mañana, día que acaba la Feria.
Las más de mil casetas del Real -verdiblancas y rojiblancas, como si de un derbi futbolístico se tratara, cada una de ellas cuidadosamente decorada- se llenan de feriantes ávidos de esa mágica mezcla de vino manzanilla con refresco de gaseosa, el "rebujito", el método más eficaz para olvidarte de los 35 grados de temperatura.
Aunque casi la totalidad de estas casetas son privadas, siempre hay posibilidad de "arrimarse"a algún conocido con el que entrar, de forma que la Feria también funciona como una red social en la que tienes un gran repertorio de amigos, solo virtuales, a los que acudir en caso de necesidad por un momento.
Con abanicos por doquier y un albero brillante por el sol, relucen los trajes de gitana y el paseo de caballos, dibujando la postal más típica andaluza ante los visitantes.
Bajo la portada también se puede ver como un turista valiente se atreve a participar en un baile por sevillanas con un grupo flamenco, aunque en este caso él lo convierta en dar vueltas como una peonza al compás de los "olés"de sus compañeros.
La noche de hoy promete ser larga, es la última por este año y hay que aprovechar antes de que mañana, con el apagado del alumbrado del recinto, eche el cierre el único evento que es capaz de competir en Sevilla con la Semana Santa.
También los más pequeños tienen hoy una de sus últimas oportunidades para disfrutar de la Calle del Infierno, donde con olor a algodón de azúcar les esperan el Ratón Vacilón, el Súper Canguro o el Gato Comilón.
Y mientras la ciudad artificial en la que se convierte el Real compite con la espectacularidad de una ciudad Patrimonio de la Humanidad, las calles del centro de la capital están más tranquilas que nunca e invitan al paseo sosegado por el casco histórico, algo que los no feriantes, que también los hay, disfrutan y agradecen.
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