Asuntos sociales
«Escuela de padres», una herramienta para profundizar en la atención temprana
El Centro de Atención Infantil Temprana San Juan de Dios forma a los padres de usuarios en cuestiones específicas que les preocupan impartiendo formaciones temáticas grupales a demanda de las familias
El Centro de Atención Infantil Temprana San Juan de Dios forma a los padres de usuarios en cuestiones específicas que les preocupan impartiendo formaciones temáticas grupales a demanda de las familias
La ‘Escuela de padres’ es una herramienta que el Centro de Atención Infantil Temprana (CAIT) del Hospital San Juan de Dios de Sevilla puso en marcha en 2010 para prestar un plus formativo que venían reclamando los padres de niños con trastornos y que es tan necesario en la evolución y desarrollo de los pequeños como la participación en las terapias de sus hijos.
La coordinadora del CAIT San Juan de Dios, Rocío Carrasco, explica que desde la apertura del centro, los padres “nos hacían preguntas muy parecidas y consideramos fundamental dedicarle un tiempo a esta formación con la familia, a crear un foro en el que diéramos formación más específica: hábitos en casa, cómo introducir nuevos alimentos, cómo afrontar con los hermanos la nueva situación, cómo transmitir al resto de la familia, cómo convertir a los abuelos en los grandes aliados en la consecución de objetivos de terapia, entre otros temas”.
Actualmente, el CAIT San Juan de Dios de Sevilla lleva a cabo una sesión de Escuela de padres al mes y se ha convertido en una herramienta tan valiosa y útil que ya no solo acuden y proponen temas los padres de los usuarios, sino que a través de ellos, familiares o amigos de éstos plantean nuevos temas y preocupaciones que el equipo del centro aborda.
Entre los temas que más preocupan a los padres de los niños usuarios de CAIT se encuentran el control y hábitos en casa, el desarrollo socio-emocional del niño, cómo reaccionar ante una rabieta, los hábitos de higiene, sueño. Además, “a los papás y mamás les preocupa mucho el diagnostico, y es fundamental explicarles en qué consiste ese diagnóstico, porque muchas veces esa misma familia ha podido pasar por neurología, salud mental infanto-juvenil, un centro escolar y un centro de atención infantil temprana. Y no todos llamamos al diagnóstico de la misma manera. Esto genera en los padres un malestar y una incertidumbre enormes que podemos aliviar y despejar hablando con ellos, explicándoles en qué consiste ese diagnóstico”, añade la coordinadora de este dispositivo de la Orden Hospitalaria.
La Escuela de padres se encuadra dentro de las actividades de prevención secundaria, es decir, no solo trabajan el trastorno o riesgo de padecerlo que el niño tenga sino que, además, se previenen otro tipo de factores secundarios. Rocío Carrasco explica la prevención secundaria con el caso de “un niño gran prematuro con un trastorno psicomotor, pero también sabemos que por haber sido prematuro es más probable que desarrolle un trastorno de la alimentación. Esto, a la larga sería otro problema secundario, y con la Escuela de padres, prevenimos su incidencia”.
La participación de la familia es clave
Para que el niño se desarrolle de la forma más óptima, desde el CAIT insisten en que la familia debe ser partícipe del proceso. De ahí que el centro los ayude a que tengan la información, a que sepan donde formarse y participen activamente tanto en las terapias con sus hijos como en el proceso de control y gestión del tratamiento.
El trabajo con las familias consiste en su acompañamiento y formación. “Nosotros tenemos que ayudar a los padres a redescubrir a sus niños más allá del diagnóstico, salir de ese momento en el que le han puesto al niño una etiqueta y hacerles ver a esos papás que su hijo tiene muchas cosas además de su diagnóstico, decirles que juntos vamos a conseguir muchas cosas”, explica la coordinadora del CAIT, que añade que “los papás de niños con trastornos en el desarrollo o riesgo de padecerlo saben hacerlo muy bien, solo necesitan un poco de ayuda para recuperar la confianza y nosotros tenemos que ayudarles a volver a relacionarse con su hijo, adaptándole los canales que mejor van a potenciar la interacción, la relación padre-hijo. Solo es cuestión de aceptar ese cambio de planes”.
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