Tráfico
Incompetente 2.0
Al director general de Tráfico, que llegó al cargo con una reforma inmobiliaria muy rarita debajo del brazo, le ha salido la vena irónica para defender su gestión (telemática) de la mayor crisis que le ha tocado vivir durante su mandato: «En Sevilla funcionan las líneas telefónicas e internet». Ya, ya, ole tu guasa... ¿y para qué demonios se gastó entonces 50.762,09 euros del contribuyente en reformar a su gusto un piso en Madrid? Puede que las comunicaciones hayan mejorado tanto gracias a la gestión de su compadre el Ministro de Fomento, que el trabajo que hace un año requería presencia en la capital se solvente hoy a golpe de esmarfoun, o puede incluso que Gregorio Serrano yerre al tratar de defender con obstinación numantina una actuación para la que sólo son contemplables el examen de conciencia y el dolor de los pecados. ¿De verdad piensa que miles de ciudadanos atrapados en la ventisca no merecen una interrupción vacacional? Todos cuantos conocen a Goro, que así lo llaman sus íntimos, ponderan las acrisoladas e innúmeras virtudes del personaje y no será este periodista, que de nada lo conoce, quien las desmienta. Sin embargo, le convendría desarrollar un mínimo de empatía con sus administrados, en vista de que el 95% por ciento de su carrera profesional, tal vez más, ha transcurrido en eso que tan pomposamente se denomina «el servicio público». Emboscado desde la adolescencia en listas cerradas desde las que no se deben explicaciones a nadie, es muy sencillo ponerse sarcástico. El pecado capital de la política española es el Principio de Peter y debería el ministro Zoido reflexionar sobre cuántos de sus colaboradores han excedido su nivel de competencia. A este hombre no dejan de meterlo en líos quienes más deberían velar por su tranquilidad.
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