Sevilla

La Audiencia deja libre al «hombre de paja» de Guerrero

Justifica la fianza impuesta en que el principal imputado no está en prisión

La Razón
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La Audiencia de Sevilla ha admitido la libertad bajo fianza de Juan Francisco Algarín, presunto testaferro utilizado para blanquear dinero de los expedientes de regulación de empleo (ERE) irregulares, porque ha colaborado identificando a otros implicados y por «equidad», pues era un «hombre de paja» de otro imputado que sigue libre.

La Sección Séptima de la Audiencia, en un auto al que ha tenido acceso Efe, acuerda que Algarín quede libre si deposita 10.000 euros en efectivo y acompañado de otras medidas como la designación de un domicilio fijo y la obligación de comparecer todos los lunes y miércoles en el juzgado.

La Audiencia considera que existen indicios para la prisión de Algarín como el hecho de que pudo participar en «la distracción de fondos públicos de la Junta de Andalucía», para lo que abrió cuentas bancarias donde depositar ese dinero, emitió facturas falsas y «entregó cuantiosas cantidades en efectivo» al «conseguidor» Juan Lanzas «o a otras personas indicadas por éste». La «pluralidad» de delitos que le imputa la juez sustituta del juzgado de Instrucción número 6 –cohecho, asociación ilícita, blanqueo de capitales y falsedad documental– tienen una pena aparejada, individual y colectivamente, por encima de los dos años de prisión, precisa el auto.

Algarín está preso desde el 15 de enero por una rama del caso de los ERE que se encuentra bajo secreto sumarial desde noviembre pasado, a raíz de una nueva línea de investigación abierta por la Guardia Civil. Se trata del cuarto imputado que ingresa en prisión pero el único que queda dentro, pues los restantes obtuvieron la libertad entre agosto y noviembre del 2012: el exconsejero de Empleo Antonio Fernández, el exdirector de Trabajo Francisco Javier Guerrero y su chófer Juan Francisco Trujillo. Ahora, la Audiencia cita, entre las razones para que pueda quedar libre, que los hechos investigados se remontan al 2000 y estos tres años de investigación han sido «tiempo suficiente para haber destruido documentación comprometida», y porque, según su propia declaración, hace «cinco o seis años» que no ve a Lanzas.