Cerco a la corrupción

La Junta niega irregularidades en Soprea, que cobró comisiones millonarias

La adjudicación propició que gestionara los fondos un ente fuera del control financiero permanente

Ramírez de Arellano departe con el presidente de la Cámara de Cuentas
Ramírez de Arellano departe con el presidente de la Cámara de Cuentaslarazon

El Gobierno andaluz defiende la limpieza en la adjudicación a la Sociedad para la Promoción y Reconversión Económica de Andalucía (Soprea) de la gestión de los fondos Jeremie, sobre los que ha puesto la lupa la Fiscalía Anticorrupción y la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef). Soprea es un ente dependiente de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IEA) y gestionó más de 180 millones de estos fondos europeos concedidos a distintas empresas entre 2007 y 2013.

El consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, rechazó en comisión parlamentaria cualquier tipo de irregularidad en el procedimiento de adjudicación a Soprea como intermediario financiero del fondo Jeremie. Sin embargo, la Cámara de Cámara de Cuentas, en su informe de fiscalización, se posicionó en contra de la adjudicación, como reconoció ayer el mismo consejero. Ramírez de Arellano se defendió asegurando que lo que no discutió la Cámara de Cuentas fue el procedimiento. La reglamentación contractual «permitía la adjudicación directa. Así se hacía en otros fondos reembolsables como los ICO». El ente fiscalizador «no invalida el procedimiento» –adujo Ramírez de Arellano– porque la licitación está excluida de la Ley de Contratos Públicos.

La ingeniería de contratación que siguió la Junta es compleja. El gestor matriz de los fondos Jeremie es la Consejería. La Consejería externalizaba la gestión a través de la Agencia IDEA. Y la Agencia IDEA, a su vez, delegaba competencias en otro ente secundario, como es Soprea.

Este engranaje crea dos problemas fundamentales. El primero es la falta de control por parte de la Intervención General de la Junta. El máximo órgano de control interno puede fiscalizar a fondo cuando la gestión y los pagos los realiza la Consejería. La proporción es directa: cuantas más subcontrataciones se producen, menos poder de control tiene la Intervención. El caso de los ERE es un ejemplo paradigmático.

Tal ha sido la falta de control que Soprea no ha estado ni siquiera sujeta a la supervisión del control financiero permanente pese al elevado volumen de dinero en ayudas que ha manejado. El encargado de aprobar el programa de control financiero permanente es el propio Consejo de Gobierno, que no incluyó en el cambio de 2007 a esta importante ente instrumental. El programa del control financiero permanente depende de la Consejería de Hacienda y Administración Pública. En 2007, cuando el plan pasó a tener carácter indefinido y no una periodicidad anual, el titular del ramo era el ex presidente andaluz José Antonio Griñán.

El segundo problema son los sobrecostes. La Sociedad para la Promoción y la Reconversión Económica de Andalucía cobró cuantiosas cantidades por su gestión, como avanzó en enero de 2013 LA RAZÓN. Sólo por los préstamos de los fondos Jeremie y el Fondo de Apoyo al Desarrollo empresarial cobró más de un millón de euros en 2011.

Hay que recordar que en febrero de 2009 la Agencia IDEA y la Dirección de Fondos Europeos de la Consejería de Hacienda suscribieron el acuerdo de financiación del instrumento de ingeniería financiera Jeremie, previsto en elprograma Feder 2007-2013, el mismo que investiga en este momento la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal.

Las dos grandes líneas de actuación eran el programa de capital riesgo, con una dotación de 50 millones de euros para participaciones en empresas, del que se ocupó Invercaria, también dependiente de la Agencia IDEA, e incursa en un proceso judicial por la gestión de este dinero. Y, por otra parte, el Fondo Multiinstrumento, que acabó recayendo en Soprea y que estaba dotado con 185 millones de euros.