Asuntos sociales

Los ojos de los niños cuentan el drama adulto de la Guerra Civil

Fotografía facilitada por la Universidad de Málaga de uno de los dibujos realizados por niños durante la Guerra Civil.
Fotografía facilitada por la Universidad de Málaga de uno de los dibujos realizados por niños durante la Guerra Civil.larazon

En la antesala de las cámaras de gas de los campos de exterminio nazis, los niños que esperaban a ser gaseados junto a sus padres utilizaban sus uñas para plasmar en las paredes los últimos sentimientos antes de morir. En su mayoría, eran mariposas, talladas en el muro, que volaban a no se saben dónde. Curiosamente, el insecto se repetía en los dibujados por los que tenían más suerte y permanecían con vida en el campo como mano de obra esclava. De nuevo, mariposa sobre fondo gris.

De este macabro hilo se nutre el trabajo de José Antonio Gallardo, profesor de Psicología Evolutiva, y autor de «El dibujo infantil de la evacuación durante la Guerra Civil española (1936-1939)», en el que se reúnen 142 dibujos de niños. En las páginas del libro aparece todo el horror de la guerra y las miserias que conlleva una contienda fraticida como la que sucedió en España: ametrallamientos, bombardeos, evacuaciones, separaciones familiares, muertos, heridos, sirenas y noches en vela. Un rosario de calamidades vistas desde el prisma de los grandes inocentes de los conflictos bélicos.

Los dibujos fueron realizados en colonias francesas, como Cerbere, Bayona, Perpiñán, Limoges, y en colonias asentadas en la zona mediterránea, territorio aún republicano, como las de Valencia, Alicante, Castellón, Gerona, Teruel y Murcia, según Gallardo. El autor asegura que todos estos dibujos están hechos por «hijos de republicanos cuando estuvieron alojados en colonias alejadas del frente para que se repusieran física y psíquicamente del impacto de la guerra». Gallardo explica que no ha encontrado dibujos similares hechos por niños de la zona franquista porque «la República era la que, debido a las continuas ofensivas franquistas, perdía terreno». El volumen recoge igualmente 110 fotografías, muchas de ellas relacionadas con los dibujos infantiles, que demuestran la extraordinaria fidelidad de éstos, por ejemplo en el caso de los modelos de los automóviles o autobuses en los que fueron evacuados, cuyas fotografías de modelos reales guardan un enorme parecido con los dibujos infantiles. Estas similitudes con la realidad y el contenido histórico de los dibujos son abordados por Gallardo en el último capítulo, titulado «La Cuarta dimensión», en el que ha tratado de «identificar el hecho histórico que pretendió dibujar el niño y el lugar geográfico por dónde se llevó a cabo su evacuación». También se ha analizado la manera en la que los niños contaban las escenas que veían y vivían en los dibujos, que muchas veces simulan una viñeta gráfica.