Andalucía
Pedradas al amigo
La corriente anticapitalista de Podemos, liderada por Teresa Rodríguez y su Miniyó Maíllo, se opone al pacto para gobernar la Nación por el que, genuflexo ante la efigie de La Moncloa y gimiente en los medios, lampa Pablo Iglesias. Bien, vale, es un posicionamiento como cualquier otro. Pero... ¿de verdad conviene al comunismo bifronte andaluz, rama caraqueña y rama moscovita, sostener su hostigamiento permanente al PSOE? La única relación medianamente seria que esta tropa tiene con el poder es el Ayuntamiento de Cádiz, donde José María González ha completado un cuatrienio más que digno, vistas las enemistades externas e internas con las que ha debido lidiar, y está en condiciones de ser reelegido. En ningún caso, eso sí, alcanzará los catorce concejales que necesita para la investidura sin el auxilio de esos socialistas a los que tanto denuesta su doña y que estarían en condiciones, si el tripartito de la Junta no lo impide, de coaligarse con Ciudadanos: una tesitura en la que bastarían las abstenciones de PP y Vox para mandarlo a la bancada de la oposición. No hace falta explicar que la derecha gaditana no se sustraería jamás de ese exquisito placer. Da igual que sea un alcalde decente y apreciado por sus vecinos, es que la política es así. Sólo la torpeza, plasmada en la frecuente confusión de la táctica con la estrategia, explica esta pertinacia de los amigos de Kichi en liarse a pedradas con sus únicos aliados posibles. ¡Que se aguanten las ganas dos semanas, por lo menos, a ver qué dicta la aritmética el día 26 por la noche! Menos de diez mil votos separaron a los dos bloques en las recientes legislativas en Cádiz capital, con diez puntos más de participación que en las municipales de 2015. O se moviliza la izquierda, y deja de tirarse los trastos a la cabeza, o se va al hoyo.
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