Política
PSOE y C’s aprueban las cuentas sin despejar las sombras jurídicas
Un debate bronco precedió a la votación de los primeros Presupuestos de la X legislatura. La oposición arremete contra Ciudadanos por actuar como la «muleta» del Partido Socialista
Un debate bronco precedió a la votación de los primeros Presupuestos de la X legislatura. La oposición arremete contra Ciudadanos por actuar como la «muleta» del Partido Socialista
Los votos de PSOE y de Ciudadanos, firmantes del acuerdo de investidura de mayo, posibilitaron la aprobación del Presupuesto de la comunidad para 2016. Una doble bronca sacudió una jornada tradicionalmente tranquila que solía acabar con diputados de todos los partidos felicitándose la Navidad y cantando villancicos.
A las puertas del Parlamento se manifestaron varios colectivos, personal sanitario y asesores de empleo entre ellos, al no incluir el Proyecto de Ley de Presupuestos sus reclamaciones . La devolución del 75 por ciento de la paga extra de Navidad de 2012 en el caso de los empleados de la Sanidad y la reincorporación en sus puestos de trabajo en el caso de los asesores. Dentro del antiguo Hospital de las Cinco Llagas la temperatura también estaba a punto de combustión. Subió en la tarde del miércoles al quedar rechazado el dictamen de la cuentas de la Consejería de Presidencia por el error en la votación de tres diputados de Ciudadanos, uno de ellos el líder de la formación en Andalucía, Juan Marín, lo que podría obligar, según el Reglamento, a la devolución del Presupuesto.
El debate derivó en bronca. Partido Popular, Podemos e Izquierda Unida reclamaron en dos ocasiones en el Pleno del Parlamento un informe de los servicios jurídicos para poder votar las cuentas con todas las garantías, pero el presidente de la Cámara, Juan Pablo Durán, rechazó esta posibilidad argumentando que no existía ningún tipo de laguna legal. Antes de la votación definitiva pidieron la palabra e insistieron el portavoz parlamentario de IU, Antonio Maíllo, el del PP, Carlos Rojas, y la diputada de Podemos Esperanza Gómez. Reclamaron un receso para abrir la posibilidad de consulta con el letrado mayor pero fue en vano. «Asumo la responsabilidad. No hay inseguridad jurídica. Ninguna», «usted me va a escuchar a mí que soy el presidente del Parlamento», cortó Durán al portavoz del PP.
El artículo 130.5 así como el 122 del Reglamento del Parlamento abre la puerta a la interpretación. El 130.1 recoge que «la aprobación de una enmienda que implique la impugnación completa de una sección presupuestaria dará por concluido el debate sobre el proyecto, al entenderse que se ha acordado la devolución al Consejo de Gobierno». Asimismo, el 122 que esgrimió la diputada del PP Carmen Crespo señala que «dentro de las 48 horas siguientes a la conclusión del debate de un Proyecto de Ley y si, como consecuencia de la aprobación de un voto particular o de una enmienda o de la votación de los artículos, el texto resultante pudiera ser incongruente u oscuro en algunos de sus puntos, la Mesa de la Cámara podrá, por iniciativa propia o por petición de la comisión, enviar el texto aprobado por el Pleno de nuevo a la comisión».
No es, de hecho, la primera vez que un Proyecto de Ley tiene que volver de nuevo al Parlamento. Ocurrió con la Ley de Aguas de Andalucía. Tuvo que volver a la Cámara tras el error de los diputados del PSOE que votaron en 2010 un paquete de 29 enmiendas del Partido Popular.
En esta misma legislatura, asimismo, dudas legales han obligado al pronunciamiento del letrado mayor del Parlamento. PSOE y Ciudadanos le pidieron un informe –que posteriormente se saltaron, por cierto– tras el empate en la Mesa de la Cámara en la votación de dos iniciativas legislativas de Podemos y del PP.
Juan Marín (C’s) achacó el error de su grupo a una cuestión técnica. Todo se produjo, según su argumentación, porque votaron en contra de las enmiendas y a la hora del posicionamiento del dictamen de la Consejería de Presidencia el botón se quedó bloqueado en el «no». Su tono fue híspido, de enfado, frente a la mesura habitual. «Algunos quieren usar un error para obstaculizar que el 1 de enero haya Presupuestos». «Estamos cansados –abundó– de que nos miren por encima del hombro porque acabamos de llegar». No es en cualquier caso, la primera equivocación de Ciudadanos. El propio Juan Marín no pudo preguntar a la presidenta andaluza en el primer Pleno de la legislatura porque su grupo olvidó registrar la pregunta.
«Hay quien no entiende que aprobemos el Presupuesto a cambio de nada. No vamos, a cambio, a coger silloncitos ni a enchufar a gente ni a coger carguitos», deslizó Juan Marín, quien dijo «asumir la responsabilidad desde el sosiego». «Le diremos a los andaluces que hemos hecho lo correcto». Finalmente las cuentas sólo han incluido ocho enmiendas de C’s, frente a las 776 de IU, Podemos y PP que han quedado en dique seco.
Duras críticas dirigieron a Ciudadanos y a la Presidencia del Parlamento la diputada del PP-A Carmen Crespo y la de Podemos Carmen Lizárraga. Crespo acusó a Durán de actuar conforme al «Estatuto del PSOE y no al Reglamento». Coincidió con Lizárraga en la falta de seguridad jurídica con la que salen adelante las cuentas y con el papel de «muleta» de Ciudadanos. «Muleta de lo viejo» a decir de Lizárraga; «muletilla del PSOE» según Crespo.
El Partido Socialista respondió a las críticas con una fuerte embestida. El portavoz parlamentario, Mario Jiménez, habló de «gamberrismo político» y el diputado Jesús María Ruiz recomendó una visita a la farmacia para curar la «histeria del totalitarismo». Luz verde, por tanto, a las cuentas (31.285 millones) más madrugadoras de las últimas décadas para que el debate presupuestario no coincidiera con la campaña de las generales que arrancó ayer por la noche.
«La junta esconde la cabeza»
Las críticas a la Junta a las puertas del Parlamento se trasladaron dentro de la Cámara al comparecer la secretaria general de Podemos junto a representantes de promotores y asesores de empleo, trabajadores del Infoca y ex empleados de Delphi y de Santana. Podemos había incluido enmiendas, en el paquete de 42 que presentaron y que fueron tumbadas, para resarcir a estos colectivos. «La Junta esconde la cabeza debajo del ala», dijo Pedro Olivera, el portavoz de los promotores de empleo.
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