Sevilla
«Se está atacando a los toros de manera siniestra»
Luis Alberto de Cuenca y Alfredo Taján protagonizan el encuentro «Los toros y yo» organizado por LA RAZÓN de Andalucía
Luis Alberto de Cuenca y Alfredo Taján protagonizan el encuentro «Los toros y yo» organizado por LA RAZÓN de Andalucía
La Fundación Valentín de Madariaga acogió ayer en Sevilla una nueva edición del Encuentro Taurino «Los toros y yo», patrocinado por la Real Maestranza de Caballería y con la colaboración del Hotel Las Casas de la Judería y la Fundación Valentín de Madariaga,protagonizado por Luis Alberto de Cuenca y Alfredo Taján.
Luis Alberto de Cuenca Prado (Madrid, 1950) es filólogo, poeta, traductor, ensayista, columnista, crítico, editor literario e investigador español. Es también académico de número de la Real Academia de la Historia y académico correspondiente en Madrid de la Academia de Buenas Letras de Granada. Alfredo Taján (Rosario, Santa Fe, Argentina, 1960) es poeta, músico, narrador, crítico de arte y gestor cultural.Por el ciclo organizado por este diario han pasado ilustres personajes como el ex fiscal general del Estado Eduardo Torres-Dulce, el abogado Joaquín Moeckel o el periodista Jesús Quintero. «Es un momento en que se está atacando a los toros de manera siniestra», denunció Luis Alberto de Cuenca, quien se confesó no asiduo a la plaza, pero sí un gran defensor de la Fiesta de los toros «porque es consustancial al hecho español». Luis Alberto de Cuenca recordó el arraigo milenario de las primeras manifestaciones con el toro como eje, en Creta, cuando era una manifestación más atlética que artística. «No estoy acostumbrado al espectáculo de los toros, pero sí toreo. De muleta», detalló entre risas Alfredo Taján, «cuando leo». El poeta evocó cuando el escritor Jean Cocteau asistió a la corrida del Primero de Mayo en La Maestranza, cuando Dámaso Gómez le brindó un toro y de esa anécdota salió uno de sus libros emblemáticos, «La corrida del 1 de mayo», uno de los libros más encendidos y poéticos sobre la tauromaquia, del que Taján leyó algunas líneas. «Durante la corrida, que me sugería ideas confusas que no tenía intención de concretar, me encontraba tan fuera de lugar, un asiento en el tendido de piedra, como la toquilla negra del grupo dramático que, sobre mis rodillas, me envolvía como al objeto por medio de cual hacen sus viajes los mediums», escribió Cocteau.
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