Andalucía
Victoria León: «Todos los poetas les debemos algo a los Machado»
Se ha alzado con el Premio Iberoamericano de Poesía “Hermanos Machado”
Se ha alzado con el Premio Iberoamericano de Poesía “Hermanos Machado”
En el primer poema define la poesía y dice que se para escribirla se debe «haber vivido entre las llamas». ¿Solo se es poeta a partir de determinada edad?
No necesariamente, de hecho yo llevo escribiendo poesía toda mi vida. No había decidido publicar hasta ahora porque no creía haber encontrado el final del camino de la poesía que quería hacer. No es que me haya convertido en poeta ahora, ya tenía cosas que contar hace veinte años. Hay una evolución, ya lo decía Borges, que los jóvenes somos barrocos por timidez. La tendencia natural es ir haciendo cada vez una poesía que se va simplificando en cuanto a la forma, pero la experiencia vital va aportando otro peso. Las formas se hacen más claras conforme nos vamos haciendo mayores.
¿De qué manera le ha afectado esa labor que compagina de traducción y crítica?
La traducción literaria, que llevo haciendo más de diez años, me ha servido de escuela de escritura. Cada autor que he traducido me ha servido para aprender de ellos y de mí misma, de las posibilidades de mi voz.
¿Qué parte de un poema traducido aporta su traductor?
En toda la traducción literaria, pero sobre todo en la poética hay una parte enorme de creación propia del autor que traslada a su lengua, que no tiene por qué ser una traición. Esa aportación propia y personal es inevitable si se quiere mantener la poesía y no traducirla a un lenguaje simplemente lógico y exacto. Esa parte tiene que buscar la lealtad máxima al original, no está reñida con ella.
Recibir el Premio Íberoamericano de Poesía «Hermanos Machado» siendo de Sevilla debe ser aún más especial.
Es doblemente bonito porque está vinculado a mi ciudad y además tiene un nombre precioso porque tanto Antonio como Manuel son dos poetas gigantescos a los que todos los poetas contemporáneos les debemos algo. Y yo quiero deberles muchísimo porque me parecen dos padres de la modernidad literaria en España.
El amor guía este poemario, ¿fue una necesidad o fue buscado?
No fue buscado, simplemente fue adquiriendo protagonismo. Más que el amor, quizá el encuentro y la despedida con el amor, que es una experiencia que todas las personas vivimos: lo encontramos, lo perdemos, luego lo volvemos a encontrar...
...y luego lo volvemos a perder.
Exactamente, es el ciclo sin fin porque todo es transitorio y nada es eterno por desgracia. Creo que es una de las razones más antiguas por las que se escriben poemas, se componen partituras y se hacen un montón de expresiones artísticas. Yo no lo busqué, desde luego, fue el hilo común que fueron encontrando los poemas.
Son poemas breves, leves aparentemente pero con un gran peso.
Eso es algo que me encanta que me diga cualquier lector: que en esa brevedad encuentra cosas. Yo sé lo que he puesto, pero si nadie lo encuentra es como si no existiera.
¿Le dan miedo la crítica y los lectores?
Me da miedo la responsabilidad que supone todo. El texto cuando deja de ser tuyo y pasa al público hay una sensación de enajenación que da mucho vértigo. Los autores con más experiencia lo llevan mejor, para mí es todo un reto que tiene mucho de emoción aterradora. Por supuesto que me importa lo que digan los lectores y lo que diga la crítica muchísimo.
¿Y quien diga que no miente?
A lo mejor hay alguien sincero, pero me resulta muy difícil creer que haya alguien a quien no le preocupe en absoluto lo que opinen críticos o lectores.
¿La poesía hay que leerla en voz alta, incluso estando solo?
A mí me gusta mucho la lectura en voz alta, que puede ser también íntima y silenciosa. En voz alta tiene algo de experiencia compartida y aunque sea para uno mismo también, es darle realidad a ese aspecto musical. Es como ejecutar una partitura: la música está en el papel pero hasta que no se empieza a tocar no le da realidad plena.
¿Por qué eligió como título «Secreta luz»?
Secreta luz procede de un verso de uno de los poemas: «en la secreta luz de los abismos». Es una aparente paradoja. Quise ponerle un título que fuera un contrapeso a la parte de oscuridad que hay en el libro, darle un tono esperanzado. También para poner de manifiesto que había una redención encontrada en esa búsqueda que plantea.
¿La poesía es realidad o ficción?
El arte se alimenta de las dos fuentes continuamente: de la imaginación, que es la ficción, y de la realidad, de la experiencia vital que aporta todo artista. como individuo.
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