Valladolid
Argüello anima a convivir con vecinos y contrarios ante la patrona de Valladolid
El obispo auxiliar de la diócesis vallisoletana recuerda que «la convivencia lleva consigo problemas que precisan de fórmulas de organización o de resolución de conflictos, pero esconde el misterio del vínculo que nos une»
Ante la ausencia del cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, que se encontraba en la parroquia asturiana de Covadonga en un acto como presidente de la Conferencia Episcopal Española, el obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, era el encargado de oficiar la homilía en el Día de la Patrona de la ciudad, la Virgen de San Lorenzo, coincidiendo este 8 de septiembre, además, con los cien años de su coronación canónica.
Y lo hacía a través de un fuerte alegato en defensa de la convivencia, que animaba a practicar tanto en la familia y entre vecinos, como a la comunidad política y a los que piensan distinto.
«Os animo a entrar en la espesura de las relaciones y convivir, aunque la convivencia lleve consigo problemas que precisan de fórmulas de organización o de resolución de conflictos, pero esconde el misterio del vínculo que nos une y abre los corazones y las manos a la solidaridad», destacaba Monseñor Argüello, mientras recordaba el dolor compartido de los recientes atentados de Barcelona o los huracanes que están asolando el Caribe.
Fue un discurso, como suele ser habitual en el obispo auxiliar de Valladolid, de marcado carácter social y reivindicativo, durante una ceremonia que empezaba tras el multitudinario el traslado a hombros de la imagen de la Virgen por las calles de la ciudad, desde el templo de San Lorenzo hasta la catedral, en el que advertía de algunos de los males que azotan hoy en día a nuestra sociedad.
Entre ellos, el religioso citaba la falta de trabajo y las condiciones laborales precarias; las dificultades para encontrar una vivienda digna, y especialmente entre los jóvenes; o la pérdida de población, derivada de un estilo de vida actual «en el que parece que los niños estorban», denunciaba.
Si bien, en opinión de Monseñor Luis Argüello, la principal barrera que existe actualmente «es la ausencia del deseo de transmitir la fuerza de la vida a otros».
Apostar por la vida
Y aunque advertía de la «falta de conciencia» de nuestra sed de un significado para vivir, así como de la «ausencia de aceptación de nuestro límite, de nuestro pecado, y por tanto de nuestra necesidad de perdón y de salvación», Monseñor Argüello invitaba a apostar por la vida.
«Falta el asombro agradecido ante el misterio de la propia vida que encienda el deseo de transmitirla a otros para engrandecer, de asombro en asombro, el río de la vida», decía el prelado ante una Santa Catedral de la ciudad, abarrotada de fieles y con numerosa presencia institucional.
Como la del alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente, quien pedía empleo a la patrona de Valladolid en su día, junto a toda la corporación municipal. O la del presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero; el general del Ejército Manuel Gorjón Recio; el jefe superior de la Policía Nacional en Castilla y León, Jorge Zurita Bayona; la rectora de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, Imelda Rodríguez, o el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Luis Antonio Gómez, entre otros.
Fue, en definitiva, una jornada festiva con temperatura agradable que ayudó también a que miles de vallisoletanos y turistas presenciaran el desfile procesional en la calle, acompañando a la patrona de la ciudad durante su recorrido de ida y vuelta.
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