Burgos

Campofrío incorpora finalmente a toda la plantilla en el arranque de su planta

Sindicatos y empresa cierran un preacuerdo que respetará los derechos laborales y salariales de los trabajadores.

Empleados de Campofrío, en plena faena, en su fábrica de Burgos, en fechas anteriores al incendio de noviembre de 2014.
Empleados de Campofrío, en plena faena, en su fábrica de Burgos, en fechas anteriores al incendio de noviembre de 2014.larazon

Sindicatos y empresa cierran un preacuerdo que respetará los derechos laborales y salariales de los trabajadores.

La puesta en marcha de la nueva planta que Campofrío levanta en Burgos tras el incendio de noviembre de 2014, incorporará a la totalidad de la plantilla de 500 empleados gracias al acuerdo alcanzado entre la dirección de la empresa y los sindicatos, que permite evitar «medidas traumáticas para todos».

El preacuerdo se cerró a última hora del martes, en la cuarta reunión mantenida por la comisión negociadora, ha explicado a Efe Vicente Ramón Marijuán, miembro de la misma por Comisiones Obreras.

A juicio del sindicalista se trata de un acuerdo «satisfactorio” ya que permite a Campofrío incorporar progresivamente a la plantilla, ajustándola a las necesidades de producción, pero respetándose los derechos laborales y salariales de los trabajadores.

Ramón Marijuán ha recordado que la multinacional había planteado una modificación «sustancial» de esas condiciones alegando «exceso de plantilla» en la puesta en marcha de la nueva factoría.

El 16 de noviembre finaliza el expediente de regulación temporal de empleo firmado tras el incendio que destruyó la planta en 2014, pero la planta denominada Nueva Bureba no estará al cien por cien de su producción.

Es más, Campofrío ha elaborado un plan de recuperación que alarga el proceso hasta mayo del próximo año, así que no requiere de toda la plantilla, compuesta por más de 500 empleados, justo al inicio.

Sin embargo, gracias al acuerdo alcanzado se han evitado medidas «traumáticas», ha explicado Ramón Marijuán, como podría ser un nuevo expediente de regulación o la bajada de sueldos. En concreto, sindicatos y empresa optan por modificar de manera «puntual» el pacto de empresa para que todos los trabajadores dejen de tener suspendidos sus contratos a fecha de 16 de noviembre de este año.

Su incorporación a la nueva planta será progresiva, en función de las necesidades de Campofrío; de hecho, ahora se cuenta con ochenta empleados, entre noviembre y diciembre se esperan doscientos y el resto hasta 523 se incorporarán entre enero y mayo.

Las fórmulas utilizadas para esa progresividad son los descansos retribuidos de un máximo de 30 días por trabajador y días de ajuste horario, además de la semana de vacaciones que «ceden a tal fin».

Igualmente, los empleados podrán acogerse a permisos retribuidos para adaptarse al puesto y excedencias voluntarias, con pago del 25 por ciento del salario y reincorporación asegurada.

Vicente Ramón Marijuán ha insistido en que se mantienen salarios y pluses y los planes de jubilaciones mediante contratos relevo.

El pacto alcanzado en las últimas horas es un preacuerdo que deberá ratificarse por ambas partes en el plazo de una semana, aunque los sindicatos convocarán una asamblea de trabajadores para explicarlo.

Cambio de planes

Hay que recordar que el pasado 6 de octubre saltaba a la luz la noticia de que la empresa cárnica no asumiría a la totalidad de los antiguos trabajadores de la fábrica.

Se hablaba de la creación de una bolsa de horas o del desarrollo de cursos de formación, a fin de que Campofrío «tenga tiempo» para poner la maquinaria en marcha.

Eso sí, Pablo Dionisio Fraile, miembro del comité de empresa de Campofrío por UGT, insistía en que era imprescindible que todos los trabajadores gozasen de los mismos derechos, tanto si entraban en el primer turno como si se iban a ir incorporando progresivamente.

Y esa cuestión estaba aún en proceso de negociación así como la propuesta de modificar conceptos retributivos asociados a pluses y complementos.

Los planteamientos de la compañía cárnica podían suponer una reducción de los salarios de hasta en 400 euros, si bien «no se ha tomado ninguna decisión todavía”, puntualizaba el representante de UGT.

Fraile subrayaba que los trabajadores estaban dispuestos a hacer «sacrificios» si era necesario, pero siempre que se garantizase que volvían a sus puestos.