Castilla y León
Castilla y León necesita al menos 700 guardias civiles
Así lo asegura a LA RAZÓN Marcelino García Bermúdez, secretario general del sindicato UniónGC
Setecientos guardias civiles. Esta es la cifra de agentes que necesitaría Castilla y León para poder prestar un mejor servicio a los ciudadanos de esta Comunidad, así como para mejorar la calidad de vida de los propios guardias y avanzar también en su seguridad.
Así lo cuenta LA RAZÓN Marcelino García Bermúdez, secretario general de la UniónGC y candidato de este sindicato al Consejo de la Guardia Civil, cuyas elecciones se van a celebrar antes de que acabe este año. «En los últimos cuatro años hemos pasado de 7.00 a 6.500 efectivos y eso que en aquella época ya no estábamos en el techo de agentes», denuncia García, quien avisa también que esta cifra bajará aún más debido a las jubilaciones, bajas y fallecimientos.
Al respecto, alerta de que esta situación de precariedad y de que no se repongan las plazas, está provocando que en lugar de patrullar la habitual pareja de la Guardia Civil esté habiendo servicios unipersonales y de noche con el consiguiente peligro para la seguridad de los agentes. «Algo que debe ser excepcional, se está convirtiendo en normal». Y pone como ejemplo lo ocurrido el pasado 8 de agosto en Soria, cuando un agente de esta comandancia, tras más de siete horas de servicio nocturno y de dejar a su compañero de patrulla en el puesto de su destino, sufría un accidente al regresar a su casa.
Un caso que, afortunadamente, se produjo en zona urbana por la que transita gente y coches, por lo que el agente pudo ser atendido rápidamente. Aunque advierte de que esto mismo puede ocurrir en una carretera poco transitada y con escasa iluminación, lo que en su opinión dificultaría la localización del guardia civil herido.
Cerrar cuarteles
Para hacer frente a esta carencia de agentes, García propone el cierre de cuarteles «fantasma» con poco personal haciendo labores administrativas. Concretamente, cree que se podrían clausurar el 30 por ciento de estos edificios, mientras ve necesario también una reestructuración de las unidades existentes de guardias civiles. «No es de recibo que hay un cuartel cada diez kilómetros con dos o tres guardias que podrían aprovecharse para patrullar», señala. Afirma que cada vez más agentes no residen en las casas cuartel porque son «inhabitables» y reprocha al Gobierno que no invierta en ellas. Además, advierte de que muchos guardias civiles viven casi en la exclusión social y no llegan a final de mes, ya que tienen un doble gasto, de desplazamiento a su lugar de trabajo, y de hipoteca. Y se queja de la desigualdad salarial existente respecto a otros Cuerpos de Seguridad del Estado. «No pedimos privilegios sino cobrar lo mismo por igual trabajo», apunta, a la vez que denuncia la «precariedad» en la que trabajan.
«Conducimos vehículos destartalados y trabajamos sin chaleco antibalas y con armas que están obsoletas, cuando además estamos en alerta terrorista», dice. «Somos agentes del siglo XXI pero con medios del XX y un salario indigno», insiste. También echa en falta más cursos de formación continua, «que sí se lleva a cabo pero gracias a las asociaciones», dice. Y reprocha al Gobierno de España su «poca sensibilidad» hacia un cuerpo, «que lo da todo pese a las carencias y que sigue siendo el mejor valorado por los ciudadanos».
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