Castilla y León
El español, factor de crecimiento y vehículo para lograr consensos
Silvia Clemente entrega a Darío Villanueva, en nombre de la Academia de la Lengua, la Medalla de Oro de las Cortes
El español o castellano protagonizaba ayer el acto en el que se conmemoraban los 33 años de la entrada en vigor del Estatuto de Autonomía de Castilla y León, la norma que da sentido a esta tierra como Comunidad Autónoma.
Un idioma, el de Cervantes, que servía de hilo conductor en este acto como factor de progreso y desarrollo económico y social para Castilla y León pero también como el vehículo necesario para que los partidos políticos dialoguen y se entiendan en aras a lograr consensos y acuerdos en el Parlamento más plural de la Democracia en nuestra Comunidad. Y especialmente en lo que respecta a la reforma estatutaria prevista para esta legislatura, y en la que ya están trabajando los grupos parlamentarios.
La Real Academia de Lengua Española (RAE) recibía la Medalla de Oro del Parlamento autonómico -la máxima distinción que otorga- como agradecimiento a su defensa de la unidad de la lengua española y por la contribución que realiza velando por su esplendor y protegiéndolo cada día a través del diccionario. Una distinción que, además, llega en una fecha importante, por cuanto se conmemoran los cuatrocientos años de la muerte del universal escritor Miguel de Cervantes así como el centenario del fallecimiento de Rubén Darío, el mayor exponente del modernismo literario. Darío Villanueva, director de la RAE, recogía, agradecido, de manos de la presidenta de las Cortes, Silvia Clemente, esta Medalla de Oro en nombre de la Academia de la Lengua. En su intervención ante un abarrotado hemiciclo, Villanueva recordaba los antecedentes del español así como los momentos clave, como los procesos de independencia en América en el siglo XIX, que han ayudado a que ahora hablen nuestro idioma más de 500 millones de personas en el mundo, que serán 535 dentro de quince años según las predicciones del Instituto Cervantes. Igualmente, el director de la RAE destacaba la fortaleza del español por ser ya la segunda lengua que se estudia en el mundo en cuanto al número de estudiantes, y defendía el liderazgo de Castilla y León en su enseñanza a través de su «poderosa» estructura universitaria.
Lealtad y estabilidad política
Tras ensalzar los valores de la RAE, Silvia Clemente, por su parte, destacaba que Castilla y León y su idioma representan un «binomio inseparable» de la realidad cultural y social de nuestra Comunidad, y recordaba al respecto que aquí, en esta tierra, se encuentran las huellas más primitivas del castellano.
Y aprovechando la efemérides estatutaria, defendía también los valores del consenso, el compromiso, el diálogo y el pacto que definen a esta Comunidad, con el Diálogo Social como referente, como los que hay que seguir manteniendo en el futuro «para construir un contexto de confianza y estabilidad política». Silvia Clemente recordaba que los resultados de las urnas en las últimas elecciones reclaman a los partidos responsabilidad y la búsqueda de espacios para el encuentro. Por ello, la presidenta de las Cortes regionales llamaba a los grupos políticos de Castilla y León a que trabajen juntos por un futuro mejor y que recojan, con su labor parlamentaria, todas las sensibilidades existentes en la sociedad «y con la mirada siempre puesta en las personas».
Pero además del español, la que será la cuarta reforma del Estatuto estuvo muy presente durante los actos de ayer. El presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, volvía a referirse a este compromiso que adquiría en su investidura recordando las tres líneas que, en su opinión, deben centrar esta reforma: la regeneración democrática, en la que se recojan, entre otras cuestiones, la limitación de mandatos, los aforamientos y las incompatibilidades; el blindaje de un suelo social que garantice la dotación económica de los servicios públicos esenciales sin que dependa de ello el gobierno de turno o la situación económica; y mejorar la regulación de la ordenación del territorio.
Si bien, Herrera destacaba que Castilla y León puede presumir de tener un «excelente» Estatuto, «que ha permitido avanzar en la autonomía, dar respuestas a los problemas de los ciudadanos, y desarrollar un modelo comunidad propia y con personalidad». «Es también un instrumento vivo y cambiante con la sociedad», apuntaba el presidente, mientras se refería asimismo a los consensos alcanzados en las tres reformas anteriores, como el ejemplo a seguir en lo sucesivo. Un consenso que era la palabra más repetida por todos en lo que se refiere al Estatuto. «Es lo que nos han pedido los ciudadanos», decía el portavoz socialista, Luis Tudanca, para quien el Estatuto de Autonomía «tiene que ser algo más que un texto escrito pero, sobre todo, debe ser útil para los ciudadanos». Tudanca señalaba que el consenso «no debe ser un fin en sí mismo sino una herramienta», y señalaba que mejorar la Democracia y blindar los servicios sociales son las prioridades del PSOE para la reforma estatutaria. De la misma forma, el líder de Podemos, Pablo Fernández, aseguraba que el futuro texto tiene como reto frenar la despoblación. Para ello, decía que hay que potenciar que en Castilla y León «haya expectativas y oportunidades de empleo digno y que se reviertan las desigualdades». El más escéptico era el procurador de IU-Equo, José Sarrión, para quien la reforma del Estatuto es una «cortina de humo» para no hablar de los problemas que realmente importan y preocupan en la Comunidad, como son la despoblación, la precariedad laboral y el empleo, e insistía en que el debate real tiene que ser Castilla y León y su estado, y no el Estatuto.
Igualmente, los sindicatos UGT y CCOO reclamaban que en la futura norma, lo social sea prioritario y que la sociedad sea protagonista también en el día a día de las Cortes, mientras que desde la patronal Cecale, su presidente, Santiago Aparicio, advertía de que lo que se haga sirva para reforzar las competencias de Castilla y León y mejorar la calidad de vida de la gente, y apelaba al Diálogo Social para llegar al consenso.
La «arrogancia» de Rivera y Sánchez por querer suprimir las diputaciones
El presidente de la Junta llamó ayer «arrogantes» y «políticos de diseño que no han pisado el territorio» a Pedro Sánchez y Albert Rivera por querer suprimir las diputaciones en el acuerdo «político» entre Ciudadanos y PSOE. Juan Vicente Herrera pedía a ambos que expliquen esta medida en aquellos lugares, como en Soria, donde el PSOE gobierna en la Diputación con el apoyo de C’s, y aseguraba que lo que realmente quieren es que desaparezcan los municipios de menos de 5.000 habitantes. Herrera, que no descarta nuevas elecciones, cree que el acuerdo entre PSOE y C’s, «tiene mucho de postureo y está plagado de buenas intenciones, pero tiene un pecado original: que se ha expulsado del mismo a 7,2 millones de personas y al partido que ganó las elecciones».
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