Valladolid

Fundación Intras, el origen de los pájaros de barro que invadieron Valladolid

La bandada de 1.025 figuras plantea una reflexión en torno a la diversidad, la singularidad y la libertad en salud mental

Los socios de la Fundación durante el proceso de creación
Los socios de la Fundación durante el proceso de creaciónlarazon

Valladolid amaneció el martes con cientos de pajaritos de barro repartidos por toda la ciudad. El desconcierto de los primeros que se encontraron estas figuras se reflejó en las redes sociales, donde muchos vallisoletanos no dudaron en colgar fotografías de su hallazgo, incluso con el hashtag #vallapájaros, y haciendo comparativas de su diseño con las ilustraciones del artista Manuel Sierra.

Sin embargo, no ha sido hasta hoy cuando sus verdaderos responsables han reclamado la autoría de este ejercicio de liberación artística. Se trata nada más y nada menos que de la Fundación Intras, que tiene como objetivo apoyar y acompañar a las personas que sufren un malestar psíquico a lo largo de su vida en la recuperación de su proyecto vital.

Así, y con motivo de la celebración este sábado, 31 de agosto, de sus 25 años de andadura, quisieron trasladar a la sociedad vallisoletana su agradecimiento por el apoyo recibido.

Por ello, la bandada de 1.025 pájaros de escayola que la madrugada del martes se posó en la capital del Pisuerga salió de la ladera oeste de Parquesol.

Con esta experiencia la Fundación quiso hacer un llamamiento también a la reflexión en torno a la diversidad, la singularidad y la libertad con la salud mental y el malestar psíquico como telón de fondo.

Los pájaros echaron a volar desde la sede vallisoletana de la entidad, pero su nacimiento, según explican desde Intras en un comunicado, “es una fusión de voluntades y pasiones diversas: la de decenas de personas con malestar psíquico y profesionales de la fundación que moldearon, lijaron y pintaron las 1.025 piezas numeradas en los talleres que INTRAS tiene en su Centro de Día de Toro (Zamora), la de medio centenar de trabajadores de la entidad en Valladolid que liberaron los pájaros de madrugada y la del artista Manolo Sierra, que diseñó la pieza en su santuario de Babia (León) pensando en nosotros”.