Europa

Ciudad Juárez

La vallisoletana Lucía Miranda gana el «José Luis Alonso» con «Perdidos en Nunca Jamás»

Imagen artística de la directora de teatro vallisoletana Lucía Miranda, ganadora del premio «José Luis Alonso de Santos»
Imagen artística de la directora de teatro vallisoletana Lucía Miranda, ganadora del premio «José Luis Alonso de Santos»larazon

«Era la típica pesada que salía en todas las obras de teatro y presentaba todos los festivales», recuerda, irónicamente, Lucía Miranda, la vallisoletana de 31 años que acaba de lograr el premio a jóvenes directores al que da nombre su paisano José Luis Alonso de Santos, que entrega la Asociación de Directores de España, y que anteriormente reconoció el trabajo de Calixto Bieto, Alex Rigola o Eduardo Vasco, entre otros.

«Esto da mucho vértigo, pero también empuje», reconoce Lucía Miranda, cuya obra pivota en torno a la denuncia social y la mujer, y que valora que compañeros de su profesión crean en lo que hace, porque, según reflexiona, «aquí no hay falta de creatividad, sino de dinero. Es clarísimo».

Y pone un ejemplo real: en la obra ganadora, con la que está girando este año, por esa carencia de recursos, ideó una escenografía hecha con basura reciclada. «Pensamos que España es un país obsoleto, así que, qué mejor manera de representarla que así», explica.

La joven detalla a LA RAZÓN que lleva toda la vida haciendo teatro. «Me vine a Madrid, pero estudié Humanidades, aunque en la Universidad Carlos III, en que estaba, teníamos un aula potente, que guiaba Domingo Ortega, quien montó un proyecto teatral que nos llevó a los pueblos de la Sierra leonesa durante el verano y fue espectacular», recuerda. Sólo con 19 años entró como becaria en esa institución universitaria.

«Voy bastante a Valladolid, al menos una vez al mes, y de hecho, me gusta mucho porque ir con la compañía a actuar en mi ciudad tiene algo especial», argumenta, a la par que recuerda que sobre las tablas del LAVA Teatro se puso en escena esta última obra, que seguirá de gira a lo largo de todo el 2014. Anteriormente, llevó «De Fuenteovejuna a Ciudad Juárez» al Teatro Zorrilla, y ha dado clases y talleres en la ciudad que la vio nacer.

La premiada «Perdidos en Nunca Jamás» es la segunda producción de la compañía Cross Border Project, una adaptación del clásico «Peter Pan» de J. M. Barrie, en la que habla de España como «el País de Nunca Jamás trabajarás en lo que estudiaste». Una obra que le llevará por medio país, aunque aún no tiene cerrada ninguna actuación en los teatros ni instalaciones de Castilla y León. Una muestra, a su entender, de lo que denuncia la obra: «en nuestro país existe una total ausencia de sistema meritocrático. Tus másters, tus idiomas o tus estudios en el extranjero aquí no valen para nada», lamenta, para remarcar, a renglón seguido, que «la única manera de cambiar algo es trabajar, trabajar y trabajar, y resistir o largarte». Su caso es representativo, porque, según reconoce: «si no trabajara en el extranjero y no tuviera capacidad de idiomas, no podría vivir en España, no me podría mantener. Si logro ir tirnado, es por lo que hago fuera».

Ahora bien, por lo vivido, dice tener las cosas claras: «los jóvenes, no nos vamos, nos echan; aunque a mí no me quitan de aquí ni de broma».

Aunque Lucía reconoce que su compañía está en un programa de ayudas del Ministerio de Educación y Cultura («Platea») este año, y «eso nos salva un poco, pero en muchos sitios nos proponer ir a taquilla y no podemos permitírnoslo, salvo que sea en la ciudad de algún actor y se pueda llenar». Lucía es la más veterana, con 31 años, en Cross Border Project. La que más experiencia atesora. «Aunque hayamos ido y venido mucho, no tenemos un nombre sólido como para arrancar una taquilla», señala, aunque eso es diferente en Madrid: «aquí sí, porque estamos en esta ciudad y la gente del mundo del teatro nos conoce, y tenemos alumnos. Pero fuera, fuera es mucho más duro».

En cuanto al futuro de la escena, considera que las leyes están haciendo que el tejido teatral empresarial «se vaya al garete» y señala que la pérdida de derechos entre los trabajadores deese mundillo es palmaria, aunque, advierte, «no creo que puedan con nosotros, porque esto es muy vocacional y vamos a seguir haciéndolo, donde sea y aunque no guste. Las historias van a seguir ahí, para contarse».

Sobre la posibilidad de que se rebaje el IVA cultural en espectáculos como los teatrales, Lucía confiesa tener «poca esperanza», lo que no supone, señala, que haya que tirar la toalla. «Hay que ser machacones y reclamar que se baje siempre que tengamos oportunidad». Y va más allá: «el 21 por ciento de IVA es una barbaridad, sólo hay que compararlo con el implantado en el resto de Europa».

Por último asegura que «el Gobierno no considera que la cultura sea un derecho, si no, no fijaría ese porcentaje de IVA que considero altísimo y muy dañino».