Arte, Cultura y Espectáculos

Las tablas del Calderón de Valladolid dan la alternativa a 55 jóvenes actores

Ana Redondo anima a los vallisoletanos a presenciar el espectáculo «Green-eyed monster»

Ana Redondo y José Maria Viteri junto a parte del elenco de dirección y artístico del montaje
Ana Redondo y José Maria Viteri junto a parte del elenco de dirección y artístico del montajelarazon

Ana Redondo anima a los vallisoletanos a presenciar el espectáculo «Green-eyed monster»

Será el próximo 27 de junio cuando un total de 55 jóvenes amateur entre 16 y 26 años se suban a las tablas del Teatro Calderón de Valladolid para representar «Green-eyed mosnter», donde acercarán al público el problema del maltrato, haciendo un guiño al «Otelo» de William Shakespeare. Una propuesta de la mano del Teatro Calderón y la compañía Rayuela, y que era presentada en la jornada de ayer por la concejala de Cultura y Turismo vallisoletana, Ana Redondo.

Unos «artistas» que forman parte de la «La Nave», un proyecto «innovador y pionero» según resaltaba Redondo en presencia de los cinco profesionales de dirección que trabajan con ellos, además de tres de sus «navegantes», en el que sus protagonistas transforman sus propias creatividades en un nexo común en el que se mezcla arte escénica, música, baile o audiovisuales.

El gerente del Teatro Calderón, José María Viteri, animaba a los vallisoletanos a acercarse a ver esta obra, al ser «un gran acontecimiento teatral», al haber mucha gente pendiente en toda España por «saber lo que aquí ocurre».

Un trabajo totalmente contemporáneo, según relataba la directora de escena y dramaturgia, Nina Reglero, quien advertía del doble juego de esta producción por atraer a los jóvenes al mundo de las artes escénicas y para «relacionarnos con ellos y saber de sus inquietudes creatrivas». Un montaje que surge de la bísqueda a través del maltrato de los neomachismos que cada vez aparecen más en los nuevos medios de comunicación.

Carlos Nuevo, director del espacio escénico, destacaba la «transversalidad» de todo el proyecto, mientras que el coreógrafo Chevi Muraday subrayaba el hecho de resultarle curioso «ver cómo se despertaban las inquietudes de los jóvenes actores». Y tres de ellos, Pablo, Gracia y Beatriz, resaltaban que el proyecto «ha sido un salto al vacío y una locura, pero que será genial ver el resultado sobre las tablas».