Los cuentos «angustiosos» de la argentina Samanta Schweblin obtienen el IV Premio Ribera del Duero

Es un premio de corta andadura pero que ya empieza a tener solera. El IV Premio Ribera del Duero organizado junto a la editorial Páginas de Espuma, recayó este año en la argentina Samanta Schweblin, gracias a sus «Siete casas vacías», una colección de relatos donde la angustia y la locura de sus personajes campan a lo largo de sus páginas. Atmósferas y densas e inquietantes aparecen en estos relatos donde la autora desgrana que sus personajes están «perdidos, inmovilizados frente a determinadas situaciones cotidianas que rayan en el límite». La autora argentina, afincada en Berlín, destaca que estos cuentos, tiene una fuerte crítica a todo lo que es «las etiquetas y convenciones sociales sobre lo que está y no está bien».

Un libro en los que predomina el «costumbrismo perverso». Es como una «sensación anímica que necesito contar, como un malestar», señala Schweblin, que se califica como muy «perfeccionista y controladora» con todo lo que escribe. «Escribir un cuento es trabajar con una cantidad de material durante mucho tiempo hasta encontrar el mejor mostruo posible que puedo construir».

Una «cuentista» que sigue la tradición de la América Hispana y de su Argentina natal, con maestros como Cortázar o Borges, y que lamenta que este tipo de relatos tengan aún, poca cabida en el mercado editorial español, no así en el mercado hispanoamericano. Un nuevo impulso del cuento que viene, además, de la mano de mujeres, señala.