Los mineros toman la calle, piden una solución urgente y anuncian «una huelga general»

Los mineros volvieron a tomar las calles para mostrar su repulsa que vive el sector. En esta ocasión fueron más de 2.000 los que se manifestaron por la capital berciana de Ponferrada, convocados por UGT, para pedir soluciones urgentes, y si no es así, anunciaron una «huelga general».

En un ambiente festivo, representantes del sector llegados de Palencia y Asturias acompañaron a los mineros bercianos, que también recibieron el apoyo de numerosos alcaldes de las cuencas, así como representantes políticos de ámbito autonómico.

El secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, señaló que acude a la manifestación «como uno más» para responder a la «llamada de socorro» de un sector que atraviesa un «momento complicado». «Hacen falta menos promesas, gestos y fotos, lo que necesitamos es una solución urgente», explicó el líder socialista, que recordó que en nuestra Comunidad sólo 400 personas continúan inscritas en el régimen especial de la minería. «Vamos a seguir insistiendo para que el Gobierno de España dé una solución ya, queremos que las cuencas mineras tengan futuro», concluyó Luis Tudanca.

En la misma línea, el responsable estatal de minería en UGT, Víctor Fernández, adelantó que las movilizaciones continuarán «in crescendo» durante las próximas semanas y el primer paso será el retorno de las protestas a las puertas de la central térmica de Compostilla, donde los mineros se concentrarán el jueves y el viernes.

Asimismo, aseguró mantener un «diálogo permanente» con las empresas mineras, las eléctricas y el Ministerio y desveló que tiene «buenas expectativas para los próximos días», informa Ical.

Por su parte, el responsable autonómico de minería en el sindicato, Jorge Díez, reiteró que las movilizaciones se mantendrán «hasta que no se desbloquee la situación». «Nuestra reivindicación es clara: que se compre carbón autóctono», reiteró, que consideró que el Real Decreto que prepara el Ministerio «llega tarde». «No es una solución inmediata para miles de mineros y sus familias» , lamentó.