Valladolid

Salgueiro pide estar alerta para caldear los corazones y la vida de los que sufren

La delegada del Gobierno de España pregona la Semana Santa de la cofradía de Jesús Nazareno de Valladolid

La delegada del Gobierno, María José Salgueiro, junto al alcalde-presidente de la cofradía, José Ramón Alonso-Mañero, en una Iglesia Penitencial de Jesús de Valladolid abarrotada
La delegada del Gobierno, María José Salgueiro, junto al alcalde-presidente de la cofradía, José Ramón Alonso-Mañero, en una Iglesia Penitencial de Jesús de Valladolid abarrotadalarazon

La delegada del Gobierno en Castilla y León, María José Salgueiro, protagonizó este año el pregón de la insigne cofradía penitencial de Jesús Nazareno, en Valladolid, que sirve como punto de partida a la Semana Santa de este año. En un acto al que acudieron decenas de cofrades, amigos y vecinos de la capital, María José Salgueiro animó a «estar alertas» para «detectar las necesidades de los que sufren, de los que tocan a nuestra puerta y claman nuestra ayuda, para actuar en consecuencia».

«No tengamos miedo ni pudor a tender nuestra mano, incluso, a pedir ayuda cuando la necesitamos. Hagámoslo desde el amor», señaló la delegada del Gobierno, quien invitó también a ser «Cirineos de nuestros mayores, de nuestros enfermos y de nuestros hijos, y de todo aquel que vive sin esperanza».

Un pregón muy emotivo donde María José Salgueiro tuvo palabras de recuerdo para amigos fallecidos y donde hizo referencia a textos del Papa Francisco o de la Madre Teresa de Calcuta y también, de agradecimiento al Cabildo, por haberla permitido participar en esa «devoción», ante una de las «tallas de Cristo más queridas de la Semana de Pasión de Valladolid, Nuestro Padre Jesús Nazareno».

«Somos un colectivo que compartimos creencias religiosas y espirituales, que deberán permanecer inalterables y perdurar en el tiempo, con un profundo respeto y admiración. El amor a Cristo es un misterio que encierra el convencimiento profundo de una forma de vida y de una conducta ante lo que ella nos depare», señaló ante el profundo silencio de los asistentes.

Salgueiro rememoró sus primeros años en su Galicia natal, donde vivía con «mucha intensidad» los días de Semana Santa, y posteriormente en la capital vallisoletana, donde declaró que «lo bien acogida que ha sido por esta tierra», algo que le ha permitido también, desde sus distintas responsabilidades, conocer de cercar el patrimonio de Castilla y León, tanto en el ámbito cultura como espiritual. Es por ello, que sentenció que «sólo un pueblo que defiende sus tradiciones con tanta intensidad es capaz de mantener su esencia», para a continuación a hacer un somero repaso de pasos y procesiones centenarias que se podrán ver en escasas cuatro semanas por las principales calles de numerosas localidades de la Comunidad.

Salgueiro finalizó su pregón recordando una de las reglas de la cofradía: «Admitir a todas las personas de buena vida, fama y sanas costumbres y que no siendo revoltosos, desearen voluntariamente entrar por cofrades».