Historia

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Silvia Clemente vincula a los comuneros con las revoluciones liberales europeas

El hispanista Joseph Pérez cierra el simposio internacional sobre este tema, celebrado en Valladolid

La presidenta de las Cortes, Silvia Clemente, junto al hispanista Joseph Pérez, en la clausura del Simposio de la Fundación Villalar
La presidenta de las Cortes, Silvia Clemente, junto al hispanista Joseph Pérez, en la clausura del Simposio de la Fundación Villalarlarazon

La presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente, vinculó la revolución comunera vivida en Castilla «a las revoluciones liberales que se produjeron años después en Europa» durante la clausura del V Simposio Internacional de Historia Comunera, celebrado en Villalar de los Comuneros y Valladolid en los últimos días, y cuya conferencia final llegó de la mano del prestigioso hispanista y Premio Príncipe de Asturias, Joseph Pérez.

La presidenta del Parlamento regional reseñó que el movimiento comunero también supuso una declaración de libertad y de rebeldía contra la llegada de un poder que no era querido ni aceptado por el pueblo. «Realmente se defendió el interés común», argumentó Clemente, que aseguró que la defensa de soberanía popular que realizaron los comuneros es magnifico ejemplo de lo que significa el pueblo castellano, «un pueblo que no se resigna, que no acepta los mandatos que no entienden y que además se expresa con un acierto en el término comunidad, interpretado por el propio Joseph Pérez como la defensa del interés general contra los privilegios».

Clemente también argumentó que poder reflejar en la fiesta de Castilla y León «este sentimiento de Comunidad, que además se recoge en nuestro Estatuto de Autonomía, es algo que debemos transmitir a toda la sociedad».

Por su parte, Joseph Pérez resaltó que la principal aportación del movimiento comunero fue la defensa del bien común en oposición fue la defensa del bien común en oposición al poder monárquico. Pérez indicó que el movimiento comunero tiene la intuición de que con la llegada de una nueva dinastía el papel de la monarquía cambiará radicalmente, ya que Carlos V llega con una ideología que sitúa el Rey como jefe supremio y como heredero de un patrimonio personal y dinástico del que puede disponer a su antojo, algo a lo que se opone la tradición de los Reyes Católicos. También reconoció que el movimiento surgió por oposición al nuevo monarca y no por la existencia de un pensamiento previo conjunto, aunque luego llegará la primera revolución moderna.