Conciertos

50 años de Plácido Domingo en el Liceu

El gran cantante vuelve al coliseo barcelonés con «Simon Boccanegra» de Verdi

El tenor Plácido Domingo, ayer, en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona
El tenor Plácido Domingo, ayer, en el Gran Teatre del Liceu de Barcelonalarazon

Nadie puede negar la capacidad de trabajo de Plácido Domingo. El pasado sábado por la noche cantaba «Simon Boccanegra», de Verdi, en Nueva York, la misma ópera con la que levantará el telón del Gran Teatre del Liceu este sábado. Tras llegar ayer a primera hora de la mañana, un poco más allá de las 7 de la mañana, pronto se fue al coliseo barcelonés para hacer las primeras pruebas de vestuario, ensayar y realizar una rueda de Prensa.

Pero esta visita a la capital catalana está marcada por una conmemoración especial, tanto para el cantante como para el teatro: el pasado enero se celebraron los 50 años desde que debutara en el Liceu. Fue el 1 de enero de 1966, de la Compañía Nacional de Méjico, interpretando las óperas «La mulata de Córdoba», «Carlota» y «Severino». El sábado, tras el estreno de la obra de Verdi, se conmemorará el aniversario.

Plácido Domingo aseguró ayer que aquel «fue un debut era muy especial porque era mi estreno en España. En aquel momento tenía 25 años y era un mes de enero de 1966. Ahora tengo tres veces 25. Es increíble, pero para adelante. Estoy en la edad madura, pero todavía con ilusión». Esa ilusión es la que le anima a seguir al pie de cañón, sin pensar en jubilarse, aunque «claro que me tendré que retirar alguna vez porque la voz no es eterna. Mientras sienta que estoy bien –y yo soy mi juez más duro conmigo mismo– seguiré». Pero eso no le impedirá seguir vinculado con el mundo de la ópera, al recordar que si toma esa decisión, la de decir adiós a cantar, continuará como director de orquesta y del teatro operístico de Los Ángeles, además de impulsar las actividades del concurso Operalia. «Ahora tengo contratos cerrados para los próximos tres años, pero si voy a llegar a todos es algo que no sé. El público es quien lo tiene que decir, ni yo ni los críticos. », dijo.

Barcelona tiene un importante significado en la carrera del gran tenor. Así lo remarcó ayer cuando aseguró que para él «es una gran alegría estar en la ciudad condal, donde escogí vivir unos años de mi vida, entre 1972 y 1980, en tiempos muy diferentes». Era una época que le permitió conocer a cantantes que se convirtieron en sus amigos y, en algún caso, compañero en el escenario. A este respecto citó a Montserrat Caballé, Vicente Sardinero, Josep Carreras, Pedro Lavirgen y Joan Pons, de quien especiamente elogió su voz.

Plácido Domingo retoma su especial relación con el Liceu actuando el día de Sant Jordi. «¡Qué bonito día para venir!», apuntó contento. Sin embargo, agregó que este «Simon Boccanegra» es diferente al que ha interpretado en el Metropolitan Opera House de Nueva York. A este rescpecto añadió que el montaje de la ciudad de los rascacielos conservan una escenografía y un vestuario acorde con la época de la pieza de Verdi. Eso no es obstáculo para que en Barcelona se sienta incómodo, hasta el punto que agregó que las pruebas de vestuario han ido bien.

Lo que no quiso por ahora concretar es que otros proyectos le traerán de nuevo al Liceu, una relación que no acaba.