Airbnb presume de cifras económicas en Barcelona tras el desplante de Colau

La compañía, sin embargo, evita publicar los beneficios que obtuvo en Cataluña el año pasado.

La batalla entre Airbnb y el gobierno municipal de Ada Colau acumula capítulos como si de una telenovela se tratara. Esta semana, el lunes, el Ayuntamiento de Barcelona ponía en marcha una mesa de trabajo con los principales agentes turísticos, como Booking o TripAdvisor, para ordenar, en la medida de lo posible, el sector y luchar contra los pisos ilegales. Airbnb fue excluida de la reunión por el gobierno municipal. Ante esta situación, la popular plataforma de alojamientos turísticos entre particulares hizo público ayer su volumen de negocio en Barcelona, obviando, eso sí, sus beneficios. Así, Airbnb asegura que durante 2016 generó una actividad económica de 1.027 millones de euros en Barcelona, un 65 por ciento más que en 2015, mientras que, en Cataluña, la cifra ascendió hasta los 1.300 millones, según la empresa.

Las tensiones entre administración y Airbnb, por lo tanto, no dejan de crecer. El Ayuntamiento ya le ha impuesto dos multas de 30.000 euros y una tercera, pendiente de resolverse de 600.000. En cualquier caso, unos 1,3 millones de huéspedes utilizaron Airbnb para viajar a Barcelona en 2016, lo que supone un crecimiento anual del 40 por ciento frente a los 900.000 que lo hicieron en 2015, mientras que, en Cataluña, la cifra alcanzó los 1,6 millones de viajeros, un 53 por ciento más. Los datos de la plataforma apuntan a que el 39 por ciento del gasto efectuado por los usuarios se realiza en el barrio en el que se alojan, especialmente, en alimentación, pero también en compras y actividades culturales.

El director general de Airbnb Marketing Services España, Arnaldo Muñoz, señaló que la actividad económica de Airbnb muestra cómo la plataforma «apoya a la clase media y cómo la actividad económica resultante del gasto de los viajeros ayuda a mejorar las economías y a las comunidades locales».

Anfitriones

Al fin y al cabo, según aseguran, los anfitriones en Barcelona y Cataluña comparten su residencia habitual como complemento a sus ingresos regulares y la gran mayoría de anfitriones son ciudadanos individuales que comparten la casa en la que viven, ya que el 67 por ciento alquila su residencia principal. El anfitrión típico en Barcelona tiene 38 años, ha vivido en la ciudad un promedio de 23 años y gana 5.300 euros al año alojando a viajeros 66 noches al año, mientras que el de Cataluña tiene 41 años y gana 3.900 euros.

El concejal de Turismo, Agustí Colom, acusó a Airbnb, tras la reunión del lunes, de no colaborar en la lucha contra los alojamientos turísticos ilegales. Colom dijo que la ausencia de Airbnb perjudica su imagen y reputación». A su juicio, las prácticas de la plataforma «perjudica a los turistas, los vecinos y el sector». La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, añadió que a pesar de «el gran ausente» el objetivo del consistorio es «que todo el mundo esté presente», y afirmó que seguirán siendo «inflexibles» en la sanción e inspección.