Gastronomía
Alta cocina de inspiración tradicional en un entorno próximo
L’Angle apuesta por una cocina de base tradicional con toques de modernidad y un ambiente y un servicio muy cercanos
L’Angle apuesta por una cocina de base tradicional con toques de modernidad y un ambiente y un servicio muy cercanos.
Es una restaurante con un gran servicio, excelente producto y exquisita cocina, razón por la cual ha sido merecedor de una Estrella Michelin, sin embargo se aleja de los tópicos del típico establecimiento de alta cocina. El restaurante Angle, ubicado en el hotel Cram después de que en junio de 2013 se trasladara desde Sant Fuitòs de Bages donde nació en 2008, ofrece una gastronomía de gran nivel basada en la memoria y la tradición, pero en un entorno cercano, cálido y próximo.
Con el chef Jordi Cruz a la cabeza, la cocina de l’Angle ofrece una gastronomía de autor donde la tradición y la modernidad se encuentran. «La base es tradicional, con algunos platos de la cocina catalana, una cocina de toda la vida pero llevándola a algo más resultón, que entre por los ojos y siempre partiendo de un producto muy bueno», relata el jefe de cocina Alberto. «Es una cocina de cazuela, de chup chup, trabajada de forma diferente, que no parece lo que es», añade. No en vano en su día el chef Jordi Cruz ya destacó que «si en el Àbac recojo el momento actual, lo último que he creado, en l’Angle se refleja mi historia». Y aunque Alberto confiesa que «nos gusta más trabajar el pescado por la zona en la que nos encontramos y el producto de gran calidad que hay», la oferta es muy amplia.
En cualquier caso, esa oferta se presenta en forma de tres menús gastronómicos, uno de los cuales está pensado y diseñado para los mediodías laborables. Éste consta de seis platos y, con aperitivos y postres incluidos, cuesta 50 euros. Además, se ofrecen otros dos menús, más extensos y elaborados, uno de 12 platos por 90 euros y otro, de 9 platos por 75 euros.
En esta experiencia gastronómica juegan un papel destacado los vinos, algunos de ellos no muy conocidos pero de excelente calidad. El maridaje entre los platos y los caldos es clave para saborear y disfrutar del producto en todo su potencial.
Y todo ello en un ambiente, tranquilo, relajado donde el protagonista es el cliente y la prioridad, que éste se sienta bien atendido. «Destaca el mimo con el que tratamos al cliente», asegura Karen Escribano, directora del establecimiento, quien indica que «si el restaurante Àbac es la gran casa, una casa de súper lujo, l’Angle es más cálido y cercano».
Su decoración destaca por su simplicidad y minimalismo, con colores piedra y blancos con algún toque rojizo, y sus ventanales contribuyen a dar una aire especial al establecimiento. Se trata de una espacio muy acogedor, complementado por un reservado con capacidad para una decena de personas, que ofrece aún más intimidad y privacidad.
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