Arranca el curso escolar con burlas a la Lomce y a la educación en castellano

Después de tres meses de vacaciones, toca la vuelta al cole, este año con más alumnos que nunca. Más de un millón y medio de estudiantes de las enseñanzas no obligatorias protagonizaron ayer el inicio del curso escolar en Cataluña, lo que supone un récord histórico, con 13.000 más que el año anterior.

A pesar de que la consellera de Enseñanza, Irene Rigau, anunciase que este aumento del alumnado no supone problema alguno, pues se contará con 790 docentes más, lo cierto es que la plantilla total de profesores (65.577) es todavía inferior al 2011, cuando el gobierno de Artur Mas comenzó con los tijeretazos en Educación. A este respecto, la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos aseguró que todavía hacen falta 7.000 docentes más en las escuelas y recordó que «hay un claro incumplimiento de la Ley de Educación de Cataluña», que sitúa la inversión en el seis por ciento del PIB, cuando los datos oficiales hablan del tres por ciento.

Este curso es el segundo en el que se despliega la LOMCE –más conocida como la ley Wert–, que ya está totalmente instalada en Primaria y que afectará por primera vez a los alumnos de primero y tercero de ESO, y a los de primero de Bachillerato. Sin embargo, Rigau está haciendo equilibrios para acatar la ley estatal de educación y espera que tras las elecciones generales haya un cambio de Gobierno que la derogue. No le interesa que el catalán deje de ser la lengua hegemónica en los centros y que el Govern tenga que financiar la educación en castellano de aquellas familias que se ven obligadas a pagar un colegio privado que sí oferte clases en tres idiomas (castellano, catalán e inglés).

Hasta ahora, el ministerio de Educación ha avalado 17 solicitudes que podrían acceder a esta beca de 6.000 euros que tiene que pagar la Generalitat, aunque todavía no se ha otorgado ninguna.

Por el momento sólo tendrán derecho a recibir el 25 por ciento de las clases en castellano los alumnos de cuatro escuelas catalanas, por imperativo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Un quinto centro, el de Balaguer (Lleida) no ha podido sumarse a esta lista. En este municipio, una familia se ha visto obligada a renunciar a su derecho de tener una escolarización en castellano por presiones del colegio y de los vecinos. Desde la Asamblea por una Educación Bilingüe aseguran que no se trata del único caso.