Conflictos laborales

Colau fracasa en su mediación para evitar la huelga de Metro en el Mobile

Los sindicatos no creen posible un acuerdo «in extremis» aunque se mantengan las conversaciones el fin de semana

Operarios del Consistorio ultiman los preparativos del Mobile World Congress, que se celebrará durante la semana que viene en la Fira
Operarios del Consistorio ultiman los preparativos del Mobile World Congress, que se celebrará durante la semana que viene en la Firalarazon

Con el Mobile World Congress (MWC) a punto de celebrarse y 100.000 visitantes con un pie en Barcelona, la ciudad contiene la respiración a la espera de un acuerdo «in extremis» que permita desconvocar la huelga de Metro prevista para el lunes y miércoles, que coinciden con el primer y tercer día del evento de telefonía. Durante el fin de semana, la propia alcaldesa Ada Colau se pondrá al frente de la negociación con los sindicatos de TMB para que los paros programados en el suburbano no boicoteen su primer MWC y pueda ejercer de anfitriona sin escandálos.

Ayer por la tarde, sin embargo, la primera edil fracasó en su primer intento.La reunión con los representantes del comité de huelga para intentar desencallar la situación no dio frutos porque los trabajadores «no recibieron ninguna propuesta nueva que les hiciese cambiar de opinión», aseguraron desde CGT, sindicato mayoritario. Lo que significa que los paros programados se mantienen y que, prácticamente, no hay ninguna esperanza de alcanzar un pacto de última hora, aunque haya voluntad de mantener las conversaciones durante el fin de semana, para las que no hay «cita concreta».

Horas antes, en un encuentro con la prensa, la alcaldesa ya adelantó que TMB (empresa pública dependiente del Consistorio) no haría más concesiones en su oferta de mejora del convenio. Una propuesta que la plantilla del Metro votó masivamente en contra en una asamblea celebrada el jueves. No les parece suficiente la subida del 1 por ciento del sueldo que propone la empresa, y piden un aumento de 150 euros en cada una de sus 16 pagas y media. También demandan que todos sus operarios, 600 en total, pasen a trabajar en régimen de jornada completa y no aceptan los 250 que les sugiere TMB. Las peticiones del comité de huelga para levantar los paros tendrían un coste de 19 millones, una cantidad inasumible para una empresa pública «que tiene capacidades limitadas y que no obtiene beneficios», subrayó Colau. La primera edil reconoció que es necesario «mejorar las condiciones de trabajo de la plantilla y también reducir las tarifas del transporte», algo «difícil en un contexto de crisis». Por ello, pidió a los líderes sindicales «responsabilidad» para desencallar una situación que «no beneficia a nadie, ni a los trabajadores, ni a empresa, ni tampoco a barceloneses y visitantes del Mobile».

En todo caso, que el paro del Metro se mantenga –la situación «más probable» según el portavoz del comité de huelga, Oscar Sánchez– no le quita el sueño al gobierno municipal. Al menos eso se desprende de las palabras del primer teniente de alcalde Gerardo Pisarello. Aseguró que con paros o sin ellos la ciudad está preparada para dar respuesta a las necesidades de traslado de barceloneses y visitantes, ya que «el Consitorio trabajará con el Govern para garantizar las frecuencias necesarias del transporte público», aunque los servicios mínimos del 50% estén asegurados. Además, hay que tener en cuenta que GSMA, la patronal del congreso de móviles, ha desarrollado un plan B para que los asistentes tengan garantizados los desplazamientos desde la Fira al aeropuerto y a sus hoteles.

Antes de conversar personalmente con los sindicatos, Colau mostraba otra actitud. Se afanó en repetir que lideraría las negociacione «aunque no se hubiera hecho nunca», por la «excepcionalidad de la situación». Pero en esta ocasión ho ha salido victoriosa.