Barcelona
Colau se queda sola con sus horarios comerciales
Era de prever que la nueva medida de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, levantaría polvareda. Más aún cuando se trata de un tema tan sensible como los horarios comerciales y, sobre todo, cuando se anuncia a través de un comunicado de prensa y no en la correspondiente comisión. La oposición, salvo la CUP, salió ayer en tromba para criticar la reducción de los domingos comerciales, pasan de diez a cuatro, en verano. No obstante, los ataques fueron de lo más variado. Mientras CiU y ERC recordaron a Colau que ya existía una propuesta al respecto con consenso, el PSC consideró que cuatro domingos son insuficientes, mientras que el PP, junto a Ciutadans, aboga por liberalizar completamente el sector.
En los veranos de 2014 y 2015, la regulación en materia de apertura en festivos de los establecimientos de la ciudad permitió a los comercios situados en las zonas turísticas de Barcelona abrir ocho horas los domingos de los meses de julio y agosto y hasta el 15 de septiembre entre las 10:00 y las 18:00 horas.
El concejal de Comercio, Agustí Colom, aseguró que la propuesta del gobierno es «de consenso», que la decisión ha sido «trabajada y pensada, con entidades de comerciantes, vecinos, sindicatos». Señaló, además, que la reducción de domingos abiertos sirve para proteger el comercio de proximidad. Colom señaló que mayo y octubre, la propuesta incluye la posibilidad de trasladar los festivos abiertos a los mencionados meses, son meses fuertes en afluencia turística y señaló que la mayoría de tiendas no abrió el pasado verano. El concejal admitió la «polarización» del sector en la cuestión de los horarios, el pequeño comercio es partidario de reducir los domingos y el grande, de ampliarlos, pero insistió en que se trata de «una propuesta de consenso que facilita la actividad económica y la conciliación». Colom reconoció, sin embargo, que «la última palabra» la tendrá el pleno del Ayuntamiento.
El presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, denunció que «Colau promueve un cerrojazo del comercio en las zonas turísticas de máxima afluencia de visitantes de Barcelona los días festivos de verano». A su juicio, la propuesta recorta horarios, libertad, oportunidades y empleo en Barcelona e ignora una demanda de una parte del comercio de la ciudad y de muchos consumidores. «Barcelona se arriesga a que tanto turistas como personas de las comarcas de alrededor, que antes venían a comprar a Barcelona esos días de más afluencia de visitantes, ahora decidan irse a otros municipios que les dan esta opción», añadió.
El portavoz de CiU, Joaquim Forn, acusó al gobierno de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de hacer «saltar por los aires» el consenso alcanzado con el sector del comercio en el mandato del alcalde Xavier Trias (CiU). Forn expresó su preocupación porque la propuesta se diera a conocer mediante una rueda de prensa antes de que la conociesen los grupos municipales y el sector del comercio y porque pueda «romper la aceptación» por parte del comercio de la Ley Catalana de horarios comerciales.
El presidente del grupo de ERC, Alfred Bosch, reclamó hacer «un gran acuerdo de ciudad, con todos los agentes implicados, para decidir los horarios y el modelo comercial de Barcelona que pueda perdurar más allá del partido que gobierne». La concejala del PSC Montserrat Ballarín criticó especialmente el proceso participativo para los horarios comerciales que ha hecho el gobierno de Bcomú y que calificó de «deficiente y poco participativo». La concejal de Ciudadanos (C’s) Carina Mejías advirtió de que reducir los festivos abiertos en verano, cuando hay mayor afluencia de turistas, dará «una imagen de Barcelona con los comercios cerrados que nos aleja de otras ciudades europeas, que pugnan por ser referentes turísticos y comerciales».
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