Barcelona

Colau tampoco consigue el apoyo de la CUP, PP o Ciudadanos a sus presupuestos

Alberto Fernández
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La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha quedado totalmente sola con los presupuestos de 2017. Ayer terminó la ronda de contactos con el resto de fuerzas y Colau apenas cuenta con el apoyo del PSC que, a la sazón, gobiernan en coalición.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha quedado totalmente sola con los presupuestos de 2017. Ayer terminó la ronda de contactos con el resto de fuerzas y Colau apenas cuenta con el apoyo del PSC que, a la sazón, gobiernan en coalición. PP y Ciudadanos votarán en contra, pero la alcaldesa ni siquiera ha conseguido el apoyo de la CUP por no terminar con «la represión policial» contra los manteros.

El escenario deja el equipo de Ada Colau prácticamente sin socios, después de que no aceptase la condición de ERC de vincular las cuentas municipales a los de la Generalitat. Colau, por lo tanto, utilizará una argucia legal, la moción de confianza, para sacar delante las cuentas tal y como hizo Xavier Trias en la legislatura anterior.

Alberto Fernández (PP), que ayer se reunió con el equipo de gobierno, criticó la propuesta presupuestaria inicial y señaló que no negociarán por diferencias ideológicas: «Nuestro punto de partida es un punto final inmediato». A su juicio, «nuestro modelo de ciudad está en las antípodas de lo que representa Ada Colau», señaló el popular.

Por parte de los «cupaires», María José Lecha salió «decepcionada», dijo al salir de la reunión, con el gobierno por que no ha visto disposición para cambiar la «política represiva» con los manteros. Esta era la condición principal que la CUP puso para entrar a negociar las cuentas. Lecha también apuntó que ha visto el gobierno «bastante tranquilo» a la hora de discutir las cuentas porque «tienen la alternativa de la cuestión de confianza».

La presidenta del grupo municipal de Ciudadanos, Carina Mejías, pronosticó «malas perspectivas» para que la formación naranja apoye el presupuesto. Mejías aseguró que sus objetivos –políticas sociales, reactivación económica y vivienda– no se garantizan. «Mucho deberían cambiar los presupuestos», admitió la líder de Ciudadanos, que descartó participar en «una subasta partidista a ver quién incorpora sus objetivos para sacar rendimiento partidista».