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Daniel Brühl: «Barcelona es algo más que la imagen idílica de las postales»

Daniel Brühl / Actor y escritor
Daniel Brühl / Actor y escritorlarazon

Acaba de publicar su primer libro, «Un día en Barcelona» (Indicios). ¿Qué imagen ha querido dar de la ciudad?

– Positiva, pero sin ocultar la crítica cuando es necesario porque es una ciudad imperfecta, algo más que la imagen idílica de las postales. Barcelona es soleada, pero también tiene sus sombras. Quiero demostrar que es algo más que sangría y las Ramblas.

– El libro apareció primero en Alemania. ¿Qué imagen tienen en ese país de la ciudad?

– Los alemanes conocen mucho la ciudad y la aman. Defiendo Barcelona allí porque me siento como un patriota local. Por eso abrí un bar de tapas en Berlín y, por ejemplo, hace dos semanas montamos una «calçotada».

– En «Un día en Barcelona» no oculta la fascinación que le provoca el barrio de Gràcia. ¿Por qué le gusta tanto?

– Para mí Barcelona siempre ha sido Gràcia. Mi familia vive en El Putxet, por lo que cuando salía de allí y me adentraba en esas callecitas, siempre me gustaba encontrarme ese carácter que tiene como de pueblo. Cuando estuve rodando en Barcelona, quise instalarme unos meses en Gràcia, algo que logré. Me di cuenta que la mentalidad que tienen allí es muy auténtica.

– Me gustaría que me hablara de su abuelo, que fue cronista taurino en Barcelona.

– Es verdad. Mi abuelo escribía crónicas sobre toros y ese es un mundo que en Alemania se ve de una manera muy diferente. De pequeño no me gustaban los toros, pero a los 16 años comprobé que todo ese universo es muy complejo. No se puede tener una actitud superficial ante los toros. No soy un aficionado, pero entiendo que no son una barbaridad y tienen su punto digno.

– ¿Su libro es un canto a la amistad?

– Me gustan mucho los amigos. Hay un punto social que echo de menos cuando estoy en Berlín, donde vivo en un barrio en el que todos parecen clones: misma edad, mismas casas... En Barcelona todo está mezclado y puedes hablar tanto con críos como con abuelos. Por eso me gusta reivindicar ese ambiente en el bar que tengo en Berlín, aunque me gustaría también abrir un bar alemán en Barcelona. Ahora no es el momento, pero a lo mejor lo intento dentro de dos años.