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El arte de quitarse el sombrero

Una muestra en la Fundació Palau acoge obras de Picasso, Casas, Brossa y Miró, entre otros artistas

Los sombreros son el eje principal de esta exposición que se puede visitar en Caldes d'Estrac y, con este original pretexto se pueden ver obras de algunos de los artistas más brillantes de las últimas décadas
Los sombreros son el eje principal de esta exposición que se puede visitar en Caldes d'Estrac y, con este original pretexto se pueden ver obras de algunos de los artistas más brillantes de las últimas décadaslarazon

Los sombreros son el eje temático de una exposición que desde ayer puede visitarse en la Fundació Palau de Caldes d’Estrac bajo el muy expresivo título de «Chapeau!».

Los sombreros son el eje temático de una exposición que desde ayer puede visitarse en la Fundació Palau de Caldes d’Estrac bajo el muy expresivo título de «Chapeau!». Pero todo ello con mano maestra, con alguno de los autores más destacados del siglo pasado, tanto diseñadores como pintores. Son todos ellos artistas que han visto en el sombrero un buen tema con el expresar su creatividad, mucho más que una prenda de vestir con la que adornar la cabeza. Y así lo subraya Josep Casamartina, el comisario de la muestra, quien comenta que esta es la primera exposición que se hace en España fusionando arte y sombreros.

La muestra arranca con una sección centrada en el mundo del arte, con la presencia de esculturas, óleos, dibujos y grabados de nombres como Ramón Casas, Picasso, Ricard Opisso, Pablo Gargallo, Ismael Smith, Antoni Tàpies, Joan Ponç, Joan Brossa o Antoni Bernad.

«En todas las obras destaca la omnipresencia de los sombreros y se muestra la relevancia que tuvieron como símbolo de poder, de magia o creatividad, o bien como elemento de transformación de identidades», dijo Casamartina ayer durante la presentación de la muestra.

Mirando las obras, añade el comisario, «se ve cada vez más la influencia de Casas en Picasso, hasta el punto de que incluso Picasso falsifica a Casas». El propio Picasso ya decía que «si hay algo que robar, lo robo». Esa teoría ha sido expuesta en muchas ocasiones, especialmente por John Richardson, el biógrafo del genio malagueño.

Dos obras de «Chapeau!» evocan esa conexión entre Picasso y Casas: el estampado «Jacqueline con sombrero de flores» (1962) del malagueño y «Retrato de María Caralt» (1907) del pintor modernista. Es precisamente en esa etapa creativa picassiana, los años de bohemia en la cervecería Els 4 Gats, cuando crece su interés por el sombrero, como se puede comprobar en un dibujo de ese periodo en el que Picasso aparece con algunos de sus camaradas de aquel entonces.

Tras ese período inicial, el interés por el sombrero se reanuda durante su fecunda colaboración con la compañía de Serge Diaghilev, los Ballets Rusos, presentándose algunos figurines de ese momento.

De ahí se enlaza con los retratos femeninos donde Picasso demostró ser uno de los grandes artistas de todos los tiempos. «Primero con Marie-Thérèse Walter, luego la mezcla de Marie-Thérèse y Olga Khokhlova, Olga Khokhlova sola, Dora Maar y Jacqueline», apuntó Casamartina.

En esta sección picassiana también se recogen algunos de los muchos de los dibujos que el autor de «Las señoritas de Aviñón» dedicó a su biógrafo Josep Palau i Fabre en libros, siempre con el sombrero como elemento común.

Pero no todo es Picasso en esta exposición. Seguidamente se muestra la relevancia que tuvieron los sombreros masculinos en el grupo de vanguardia Dau al Set, «casi siempre como una figura central, icónica, que simboliza el poder, ya sea el del capitalismo, como en el caso de un cuadro de Tàpies; el de la magia y la creatividad, con los sombreros cónicos de arlequín, de brujo o de hereje, de Joan Ponç; o el de la transformación de las cosas y las identidades, con los juegos malabares y conceptuales de Brossa».

Una mención aparte la merece la sección llamada «Greta, la inaccesible». Es aquí donde se analiza la fascinación que Palau i Fabre siempre sintió hacia la actriz Greta Garbo, que era uno de sus mitos icónicos, y cuya figura era indivisible de sus sombreros, comenzando por uno de sus filmes más emblemáticos, «Ninotchka», en el que el sombrero es un elemento narrativo. La exposición se cierra con una sección en la que se muestran cerca de 250 sombreros masculinos y femeninos, algunos de ellos inéditos. Pero la exposición no solamente tiene a grandes nombres de la pintura sino que también los tiene de la costura, al estar representadas las principales casas de alta costura como Balenciaga, Pertegaz, Pedro Rodríguez o Santa Eulalia; creadores como Marinette, Maria Estera de Galera, Paquita Rius, Maruja (María Corral), Elena Katona, Pilar Gabasa o Lolita Galtier. A nivel internacional destacan nombres como Paulette, Elsa Schiaparelli, Borsalino, Christian Dior, Hubert de Givenchy, Yves Saint-Laurent o Philip Treacy, autor del sombrero de Harry Potter.