Sant Cugat del Vallés
El cómic se hace museo
Sant Cugat del Vallès inagura mañana el primer centro dedicado a este arte en nuestro país
Sant Cugat del Vallès inagura mañana el primer centro dedicado a este arte en nuestro país
A falta del impulso de las administraciones por divulgar este patrimonio, ha sido la iniciativa privada la que ha hecho realidad un viejo deseo de muchos lectores y admiradores de lo que se ha venido en denominar el noveno arte. Hoy Sant Cugat del Vallès el Museu del Còmic i la Il·lustració, tiene el primero de estas características en nuestro país. En sus 500 metros cuadrados se explican los 150 años de historia del cómic desde sus inicios a la actualidad o lo que es lo mismo: desde Apel·les Mestres a Paco Roca y Rubén Pellejero pasando por Ambrós, Francisco Ibáñez o Josep Escobar.
«Lo que está expuesto es solamente un veinte por ciento de nuestros fondos», explica en declaraciones a este diario Paco Baena, uno de los promotores de la iniciativa, junto con José Luis Villanueva y José María Delhom. Estos tres coleccionistas privados son el eje de este museo que está situado en el centro de Sant Cugat, concretamente en la plaza Pep Ventura. «En este museo está toda la historia del cómic español, con todas sus evoluciones. Es un centro que seguirá creciendo», apunta Baena. Pero para que este crecimiento sea una realidad, sus responsables quieren buscar apoyos. Por ahora tienen el de algunos dibujantes y herederos de estos creadores –como son los casos de Cifré o Escobar– que ya han conocido estas instalaciones. «Nos hemos reunido con la Generalitat y con empresas privadas, pero es difícil. Probablemente una vez que estemos abierto y sea esto una realidad nos podremos mover más a fondo para buscar patrocinios», asegura. Con lo que sí cuentan ahora es con un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Sant Cugat que aplaude esta iniciativa.
A lo largo de las tres plantas del museo se combinan los originales de Lola Anglada, Opisso o Carlos Giménez con las publicaciones. «Queremos poner el cómic en valor. Este es un museo privado, pero queremos que sea lo más público posible», subraya Paco Baena. Pero, ¿tienen hoy los tebeos el reconocimiento institucional que se merecen? En los últimos años, ha habido museos internacionales que han dedicado sus salas al arte de las viñetas, como viene haciendo el Centro Pompidou de París desde hace años. El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid están comprando fondos para sus colecciones. «Parece que las instituciones se están poniendo las pilas, pero tengo todavía mis dudas. Estamos hablando de legados que merecen ser preservados», dice Baena.
Hay un precedente doloroso. En febrero de 2008 la Generalitat anunció que se inauguraría en Badalona, en un espacio de 4.000 metros cuadrados, un gran museo dedicado al cómic. Pero de él nunca más se ha sabido y la sombra de ese centro es hoy la de un fantasma. Sant Cugat del Vallès se ha adelantado con menos medios y menos fondos que los previstos para Badalona. «Duele que siga siendo una especie de fantasma. No sabemos cuál es la situación actual de ese centro. Lo que sí puedo decirle es que no nos importaría colaborar con Badalona si se abre ese museo», concluye con generosidad Baena.
Entre los dibujantes que han decidido colaborar con el nuevo museo está Francisco Ibáñez quien ya ha conocido de primera mano lo que será este espacio de Sant Cugat del Vallès. El padre de Mortadelo y Filemón será el protagonista de una exposición temporal que contará con el comisariado de Antoni Guiral y que se verá a partir de septiembre. También habrá más adelante muestras centradas en la carrera de Josep Escobar, el autor de series míticas como Zipi y Zape o Carpanta, así como a las mujeres del cómic con la presentación de varios originales.
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