Salud
El hospital Vall d’Hebron da con un tratamiento contra las flatulencias
Un sobre de un prebiótico una vez al día obtiene mejores resultados que dietas restrictivas
Un sobre de un prebiótico una vez al día obtiene mejores resultados que dietas restrictivas.
Eructar es de mala educación, aquí y en algunos países asiáticos donde se considera una burla a los ancestros. No es el caso de la Índia ni la China, donde para un cocinero un eructo es un halago. Aunque también se trate de expulsar deshechos gaseosos del organismo, en este caso, cuando llegan a los intestinos, ninguna cultura tiene cocineros que esperen como agradecimiento flatulencias, gases o pedos –el diccionario de la Real Academia Española recoge esta acepción que hace reír a niños e incomoda a algunos adultos–. El organismo necesita expulsar gases para un correcto funcionamiento. Pero hay entre un 10 y un 30 % de la población que genera una «sobreproducción» de gas intestinal y como consecuencia tiene flatulencias, distensión abdominal o sensación de plenitud.
A estas personas les cuesta digerir los carbohidratos, que pasan del intestino delgado al intestino grueso, donde acaban fermentando y provocando gases. Más allá de la incomodidad y las molestias que provocan las flatulencias, la sensación de pesadez y la hinchazón, esta dificultad por digerir determinados carbohidratos no conlleva más complicaciones.
El jefe del Servicio del Aparato Digestivo de Vall d’Hebron, Fernando Aspiroz, cuenta que el tratamiento más común es una dieta baja en carbohidratos fácilmente digeribles, FODMAP, según sus siglas en inglés. Se trata de una dieta compleja de hacer, la debe elaborar un nutricionista, y aún más difícil de seguir. Es una dieta poco mediterránea, porque elimina frutos secos como las almendras o las avellanas; las frutas más comunes, pera y manzana; leche, yogures y queso fresco, y hortalizas como las alcachofas y los espárragos; además de bebidas alcohólicas y determinadas comidas azucaradas. Consciente de que es una dieta pesada, que además se ha visto que empobrece las bacterias intestinales y que si se interrumpe tiene un efecto «rebote», es decir, que no es efectiva si el tratamiento no es continuo, el equipo del doctor Aspiroz, se puso a trabajar en busca de una alternativa. Y como Woody Allen dice que «el 90% del éxito se basa en insistir», dio con una respuesta: un prebiótico.
Un estudio con 44 pacientes confirmó que suministrando un prebiótico una vez al día, se reducen los gases y enriquece la microbiota con bacterias beneficiosas. Hasta la fecha, el prebiótico se comercializa en el Reino Unido con el nombre de Bimuno. El equipo del doctor Aspiroz hará ahora un estudio más amplio, pero los pacientes pueden preguntar a su médico por este suplemento alimenticio que puede mejorar la vida de quienes sufren (y padecen) las flatulencias.
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