El Vall d'Hebron supera los 1.100 trasplantes de pulmón y se sitúa como referente europeo

Es el único centro que realiza trasplantes a niños menores de dos años del Estado, el más pequeño tenía 7 meses.

El 1 de agosto de 1990 Raquel Costas, salió en todos los telediarios del país. Con sólo 18 años, esta joven gallega se convirtió en noticia al ser la primera paciente del Hospital Vall d'Hebron en recibir un trasplante de pulmón. Tenía una pneumonitis por hipersensibilidad, una enfermedad conocida como «el pulmón del granjero» que causa tos e insuficiencia respiratoria crónica, progresiva e irreversible. La generosidad de un donante y un equipo médico de esos que tiene cree que no hay nada imposible cambiaron la vida de Raquel Costas. Ese equipo médico estaba formado por Carles Margarit, Julio Astudillo, Joan Teixidor, Joan Solé y la anestesióloga María Luisa Guillermo.

Decía Bernard Houssay, Nobel de Medicina en 1947, que «no hay cosas fáciles ni difíciles, que lo fácil es lo que sabemos hacer y lo difícil lo que aún no hemos aprendido a hacer bien». Sólo cuatro años después de intervenir a Raquel Costas, el Vall d'Hebron hacía ya un trasplante bipulmonar. Seis años después, en 1996, se lanzaba a hacer el primer trasplante a un menor, en 1998, ponía en marcha el programa de trasplante pediátrico y desde entonces seis de cada cien trasplantes que efectúa son a niños. Es más, es el primer hospital de España que opera a niños menores de dos años. «El más pequeño tenía siete meses», recordaba ayer el pediatra Antonio Moreno. Lo hacía en un acto organizado por el hospital para celebrar que ya lleva más de mil trasplantes de pulmón. Concretamente, 1.113 intervenciones (1.042 a adultos y 71 a niños), una cifra que supone el 23% de los trasplante pulmonares del Estado. Es el único centro de Cataluña que realiza trasplantes de este tipo, el primero de España y uno de los cinco de Europa que supera este hito.

El Vall d'Hebron juega en la Champions League de los hospitales «gracias al trabajo en equipo de los profesionales implicados y a la solidaridad de donantes y familiares», destacó el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, que se sumó a la fiesta de los mil trasplantes. Aragonès saludó a Yolanda, una de las últimas pacientes que han pasado por quirófano. Hace sólo unos meses iba con una mochila de oxígeno de 3 kilos. Es normal que diga que «esta intervención me ha cambiado totalmente la vida» y lo haga con una sonrisa. También saludó a Lucas, un niño de dos años que acaba de recibir un pulmón. Su madre no podía estar más contenta.

El coordinador de la Unidad de Trasplante Pulmonar, Antonio Román, contó que el trasplante de pulmón está indicado para pacientes con una insuficiencia respiratoria crónica, progresiva e irreversible –4 de cada 10 tiene son personas con enfermedad obstructiva crónica (EPOC), un 25% con fibrosis pulmonar idiopática y menos de un 20% con fibrosis quística. La intervención mejora y alarga la vida de los pacientes. El índice de supervivencia es del 30% de los pacientes a largo plazo y hay pacientes con buena calidad de vida pasados los 20 años. En el caso de los niños, pese a que el proceso es más complejo «su vida es bastante normal tras la intervención», asegura.