Sin techo
En las calles de Barcelona duermen 956 personas
La fotografía no varía. Este año hay 70 sintecho menos en la calle, pero más gente que pasa la noche en albergues.
La fotografía no varía. Este año hay 70 sintecho menos en la calle, pero más gente que pasa la noche en albergues.
La llamada que el pasado lunes hizo la Red de Atención a las Personas sin Hogar para ayudar, la noche de ayer, a hacer el recuento de cuántas personas hay durmiendo en las calles de Barcelona fue un éxito. A las diez de la noche del miércoles, 925 voluntarios se repartieron en 287 grupos para peinar los diez distritos de la ciudad en busca de gente sin hogar. La mitad de los voluntarios era la primera vez que se apuntaba a este recuento, que empezó a hacerse un 16 de mayo de 2008. El éxito de convocatoria contrasta con el resultado. Se contaron 956 personas durmiendo al raso, un 43,5 por ciento más que hace diez años, cuando se contabilizaron 658 sintecho. Aunque son 70 menos que el año pasado, la fotografía no varía, porque hay más gente durmiendo en equipamientos residenciales, 2.099 versus 2.006 de 2027. Y, como decía ayer la teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz, al presentar los resultados del recuento, «no tendremos una buena noticia hasta que no haya nadie duermiendo en la calle».
El Eixample es el distrito donde se contó a más gente sin un hogar donde pasar la noche, un total de 217 personas; seguido de Ciutat Vella, 210, y Sants-Montjuïc, 172, principal puerta de entrada a la ciudad para las personas que llegan en tren. Por detrás vienen Sant Martí (112); Sarrià-Sant Gervasi (57); Gràcia (52); Horta-Guinardó (43); Nou Barris (42); Les Corts (30), y Sant Andreu (21). Pese a ser el distrito con menos sintecho en la calle, en Sant Andreu, igual que en Gràcia, el número de personas durmiendo al raso se ha duplicado. ¿Por qué? Se deberán analizar los datos recopilados para responder a esta pregunta, pero «el sinhogarismo tiene explicaciones multicausales» y «cada persona lleva una historia en la mochila», subrayó Ortiz.
Independientemente de la fotografía que sale del recuento, el Ayuntamiento y las 38 entidades que tejen la Red de Atención a Personas sin Hogar alertan de que hay tres causas que guardan relación con el creciente fenómeno del sinhogarismo. La subida del precio de los alquileres y una Ley de Arrendamientos Urbanos que permite subir las mensualidades cada tres años. La inexistencia de un parque de vivienda pública. Y, finalmente, la precarización del mercado laboral. Lo alertó Antón Costas antes de despedirse como presidente del Círculo de Economía, si no se actúa, los políticos corren el riesgo de olvidarse en la cuneta a ese tercio de la población que la crisi ha dejado al borde de la exclusión. Quería impedir que se repitiera la historia de los 90, cuando la economía española crecía un 5% y un 11% de desempleados que se habían quedado sin trabajo durante los años de recesión, ya no fue capaz de reincorporarse a la actividad económica y de construir trayectorias vitales.
Hace dos años de esta advertencia y la fotografía actual saca los colores a la clase política. Un 15 % de las personas que duermen en equipamientos para atender a personas sin hogar tiene trabajo, el triple que en 2012. Ortiz avisa de que urgen políticas de Estado que faciliten vivienda para atajar el sinhogarismo.
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