Barcelona
ERC reta a Mas a poner fecha a la consulta si le quiere en el Govern
Presiona con retirarle el apoyo parlamentario si no convoca el referéndum en 2014
El eterno retorno, que los antiguos egipcios ilustraban con una serpiente mordiéndose la cola y los griegos con el mito de Sísifo, castigado con empujar una piedra por una pendiente que antes de alcanzar la cima siempre rodaba hacia abajo y condenándole a volver a empezar, una y otra vez, es una constante en la política catalana. Para muestra, las discusiones de CiU y ERC. Después de que Artur Mas propusiera a Esquerra y el PSC formar un «gobierno de unidad nacional», Oriol Junqueras replicó ayer que ERC está dispuesto a entrar en el ejecutivo de Mas si hay una fecha y una pregunta clara para la consulta soberanista.
La idea de fijar una fecha para la celebración del referéndum de autodeterminación y concretar una pregunta fue uno de los escollos, por no decir el problema más importante, que obligó a retrasar la firma del acuerdo de legislatura entre CiU y ERC. Los republicanos se resistían a firmar un pacto de gobernabilidad sin cerrar una fecha para la consulta. Pero Mas no quería quedar atado de pies y manos. Finalmente, acordaron tener todos los instrumentos necesarios a finales de este año para poder convocar la consulta a lo largo de 2014. Para alivio de Mas y de sus socios de Unió, se incluyó una cláusula que decía que celebrará el referéndum de acuerdo con el marco legal de 2014, a excepción de que «el contexto socioeconómico y político requieran un prórroga», aunque, «en este caso, la fecha será pactada por ambas partes», esto es por CiU y ERC.
La presidenta del Parlament, Núria de Gispert, se agarró a este supuesto para contemplar que la consulta se aplace más allá de 2014, si la crisis persiste. Aunque para no enfadar a sus socios, CDC, obligada a hacer equilibrios entre Unió y Esquerra, insistió ayer en que no hay motivos para aplicar la disposición de excepcionalidad que recoge el pacto de legislatura para aparcar el referéndum.
Igual que sucede con las «meigas», que «haberlas, haylas», aunque el acuerdo entre ERC y CiU recoge esta cláusula, los republicanos no tienen intención alguna de respetarla. En un coloquio con empresarios, tras una conferencia organizada por la Cámara de Comercio de Barcelona, Junqueras dejó claro que ERC no aceptará que se aplace la consulta con el pretexto de la situación económica. Aunque por ahora asegura la estabilidad del gobierno, amenazó a Mas con dejar de apoyarle si aplaza la consulta.
La propuesta del PSC
Junqueras se esforzó para convencer a los empresarios de que es mejor el camino incierto de la independencia que «seguir dentro del Estado español». Aprovechó la crisis chipriota para plantear a los empresarios –reacios a la inestabilidad–, que reflexionen sobre los beneficios y perjucicios de permanecer en la zona euro.
Fiel a su estilo de sorprender con propuestas extravangantes, el primer secretario del PSC, Pere Navarro instó a Mas a someterse a una cuestión de confianza para que exponga su programa en caso de querer formar un gobierno de unidad nacional para ver cuántos apoyos tiene. El PP advirtió a Mas de que un gobierno con ERC y el PSC sería un «suicidio político».
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