Literatura
«Es necesario acercar ciencias y humanidades»
Siri Hustvedt publica su colección de ensayos «La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres» sobre cultura, ciencia e identidad
Siri Hustvedt ha visto mil veces cómo, si un hombre escribe con delicadeza sobre sus sentimientos se le describe como «sensible», pero si lo hace una mujer es «sentimental».
Siri Hustvedt ha visto mil veces cómo, si un hombre escribe con delicadeza sobre sus sentimientos se le describe como «sensible», pero si lo hace una mujer es «sentimental». Lo mismo ocurre se presenta una nueva novela llena de referencias y conexiones intelecutales. «A un hombre se le saludará como un genio, pero a una mujer se le dirá que es una pretenciosa», asegura la escritora. Ella no se enfada, no lo hace, pero sabe que es necesario denunciarlo. «Llevo demasiado tiempo como mujer escritora e intelectual para no saber que vas a ser atacada y prejuiciada en tus obras, discutrsos y opiniones. He aprendido a escucharlos con una sonrisa», comenta.
La aclamada autora de novelas como «Todo cuanto amé», presenta ahora su colección de ensayos «La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres», (Seix Barral/Edicions 62 en catalán) un certero análisis de su visión de el arte, la literatura, la cultura y la ciencia. «Es necesario acercar las humanidades a las ciencias porque así se libera las estructuras mentales. No existe una disciplina que por sí misma pueda abarcar la complejidad de la experiencia humana, así que lo que toca es relacionarlas», señala Hustvedt.
El libro está dividido en dos partes. La primera, reúne sus ensayos sobre artes visuales y literatura. La segunda es una colección de conferencias que realizó sobre neurobiología y genética, algunas publicadas en importantes revistas científicas, así como otra conferencia que le pidieron por el 200 aniversario de Kierkegaard. Aunque su feminismo lo impregna todo. En ese sentido, aunque afirma que es obvio que la mujer ha avanzado en muchos aspectos, «como su acceso a la educación o el voto», en muchos otros se podía ver hasta una involución. «la idea de progreso es un invento del siglo XIX y es falso. No vamos siempre a mejor. Todavía existen muchos perjuicios interiorizados que arrastramos desde Platón y nuestra herencia judeocristiana», asegura.
En este sentido, afirma y lamenta que «no hay duda que Turmp fue en parte elegido presidente de los Estados Unidos por su misoginia». Esta misoginia no es exclusiva de ciertos segmentos de la sociedad, sino que impregna todos los estrados, incluso las clases intelectuales, como el escritor Karl Ove Knausgård, quien la eseguró que no mencionaba a escritoras en sus libros porque «no eran competencia». «Fue muy honesto», dice Hustvedt.
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