Artur Mas
Espadaler crea un nuevo Comité para elaborar un Código Ético de la policía autonómica y local
El gobierno catalán ha aprobado hoy, a instancias del conseller de Interior, Ramon Espadaler, crear un nuevo Comité de Ética de la policía, que sustituirá al que Felip Puig mantuvo hibernando en su mandato, para que redacte un nuevo Código Ético, tras la derogación del que impulsó Joan Saura en 2010.
El nuevo Comité de Ética de la Policía de Cataluña estará integrado por cinco académicos y expertos en seguridad y por cinco policías -tres mossos y dos representantes de las policías locales-, según se especifica en el decreto aprobado por el gobierno catalán, por lo que será paritario, a diferencia del que funcionó durante el tripartito, donde había mayoría de expertos.
Con la aprobación del decreto, Espadaler activa la refundación del Comité de Ética, que llevaba en estado de hibernación después de que la mayoría de sus miembros dimitieran a principios de 2011 porque el entonces conseller, Felip Puig, derogó nada más llegar al cargo el Código Ético que su antecesor, Joan Saura, había aprobado en noviembre de 2010, días antes de que el tripartito perdiera las elecciones.
Según fuentes de la consellería de Interior consultadas por Efe, el objetivo de Espadaler es poner el contador a cero para que el nuevo comité, que refuerza su carácter consultivo y tiene como objetivo contribuir a la mejora de la calidad del servicio policial, elabore el nuevo Código Ético.
Una vez nombrados los diez integrantes, a cargo de responsables de Interior, será el propio conseller Espadaler quien designe al presidente del Comité, según especifica el decreto.
Durante la etapa de gobierno tripartito, Joan Saura creó en 2007 el Comité de Ética de la Policía, como un órgano independiente y de carácter consultivo, con el objetivo de elaborar el Código Ético y ayudar en la prevención de actitudes y actividades contrarias a la ética y al trato correcto a las personas en el ámbito policial.
Ya desde su nacimiento, el Comité de Ética fue mal visto por los sindicatos y algunos mandos policiales, que consideraron que se trataba de un elemento de intrusismo en su labor policial.
El Comité instaurado por Saura estaba constituido por cinco miembros: el exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, la catedrática de derecho constitucional Merche García Aran, la abogada Gemma Calvet -actualmente diputada de ERC en el Parlament-, la comisaria de los Mossos d'Esquadra Cristina Manresa y el intendente de la Guardia Urbana Josep Palouzie, con lo que había mayoría de expertos frente a policías.
El Comité presidido por Villarejo elaboró su propuesta de Código Ético para la policía, que permitía evaluar la función de los Mossos y las policías locales, aunque sin carácter sancionador, y que establecía, por ejemplo, que el uso de pelotas de goma, bombas de humo y lacrimógenas o granadas de aturdimiento eran un "último recurso"para disolver manifestaciones violentas.
Tras meses de negociación con sindicatos y mandos policiales, Saura llevó el 26 de abril de 2010 el texto impulsado por Villarejo al Consejo de la Policía de Cataluña, donde el conseller sufrió uno de los varapalos internos más duros en su etapa al frente del departamento.
En la votación del Consejo de la Policía, órgano integrado por representantes del departamento de Interior y mandos y sindicatos policiales, el proyecto de Código Ético cosechó 23 votos en contra, cuatro a favor, dos abstenciones y un voto en blanco, por lo que se evidenció que hubo mandos de los Mossos y altos cargos del propio departamento que votaron en contra o no respaldaron la propuesta estrella de Saura.
Sin embargo, Saura desoyó la votación del Consejo de la Policía, que era preceptiva pero no vinculante, y acabó imponiendo "in extremis"el Código Ético, a través de una orden que firmó a menos de veinte días de las elecciones catalanas de noviembre de 2010, en las que CiU recuperó el gobierno catalán de la mano de Artur Mas.
El Código Ético tuvo un corto recorrido, porque cuando Felip Puig (CiU) llegó al Departamento de Interior, acordó como una de sus primeras medidas derogar este reglamento, en enero de 2011, lo que precipitó la dimisión de Villarejo y de la mayoría de miembros del Comité.
Puig decidió entonces dejar en hibernación al Comité de Ética -todas sus funciones quedaron suspendidas-, con el objetivo de dejar pasar el tiempo para curar viejas heridas y modificar su estructura, para que elaborara un nuevo Código Ético que, según sus palabras, tenía que ser menos intervencionista y limitarse a grandes principios.
En el periodo de transición, Puig decidió que los Mossos d'Esquadra se acogerían al Comité de Ética europeo.
Los planes de Puig quedaron finalmente truncados con el imprevisto adelanto electoral de Artur Mas, que tras su victoria en diciembre del pasado año le sustituyó en Interior por Espadaler.
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