Estreno

Género negro actualizado a escena

Una imagen del grupo de actores protagonistas de «Jo mai»
Una imagen del grupo de actores protagonistas de «Jo mai»larazon

El Teatre Lliure de Gràcia acoge a partir del 15 de enero hasta el 2 de febrero la nueva propuesta de la compañía Prisamata. Se trata de «Jo mai», un espectáculo dirigido por su director y creador Iván Morales y que cuenta con un reparto formado por Xavier Sáez, al que se suman en esta ocasión Marcel Borràs, Àlex Monner, Oriol Pla y Laura Cabello.

«Jo mai» traslada al público a un establecimiento de un barrio deprimido. Es un bar, llamado Amparo, que, en palabras del director del montaje, «puede ser el hogar que muchos no han tenido, el cobijo donde ahuyentar la agresividad, la violencia». Por allí pasa un grupo formado por adolescentes que se expresan, comunican, protestan o dialogan a través de la música. Ellos cinco sobre el escenario, sin nada más, sólo batería, bajo, dos guitarras y un micro.

La intención de Morales era hacer «un noir 2.0, pero la evolución de la obra en los ensayos y el rodaje en las representaciones que han habido hasta ahora han decantado la historia hacia la tragedia», algo que el director no ve como una contradicción, porque «en realidad, si rascas en el género negro siempre hay una tragedia detrás».

El director comentó que los protagonistas de «Jo mai» son «gente que vive en un mundo muy parecido al nuestro, un mundo en el que tenemos que trabajar cada día para sobrevivir a la violencia, social, física o de cualquier otro tipo». En ese marco se mueven unos personajes jóvenes, que el director justifica porque, «cuando eres joven, la gran pregunta de cómo he de vivir y cómo lo he de hacer en este contexto de violencia se hace de manera absoluta». La respuesta a esa violencia que los rodea conduce a los personajes a juntarse y a apoyarse entre ellos.

La música se convierte en el montaje en un personaje más que «refleja en qué estado están esos personajes», apuntó Monner; y tiene un peso fundamental aunque se trate de una obra de texto. Al hilo del dicho «quien canta su mal espanta», Iván Morales consideró que los protagonistas de esta producción «tocan para sobrevivir y para ser felices, pero también porque les ayuda a estar juntos».

En el escenario del Lliure de Gràcia se reproduce el bar Amparo, aunque la disposición tradicional del público no elimina el valor simbólico del teatro: «Ayuda a transmitir al público esa función catártica, purgadora de los fantasmas que podemos tener, para poder, al menos, encontrar un futuro», precisó el director. «Cada función es un rito para que estos personajes catalicen sus vivencias y sus preocupaciones y por eso la obra evoluciona con el tiempo», dijo.

La música que atraviesa la obra «habla de personajes que no tienen voz» como el reggae, el cool, el afro-beat, el rock and roll o Syd Barret, el fallecido primer cantante de Pink Floyd.

La obra pudo ser vista el año pasado en el Festival Grec donde fue muy bien recibida tanto por el público como por la crítica.