ERC
JxCat frena la aspiración de ERC a pactar un adelanto electoral
Los neoconvergentes defienden que Torra tiene la «exclusiva» potestad para decidir cuándo se convocan las elecciones en Cataluña.
Tras una sucesión de comicios que han certificado su declive electoral y en plena fase de reorganización –que no concluirá hasta después de verano–, JxCat no está ahora para tentar a las urnas. Una circunstancia que ha desatado un nuevo choque durante las últimas horas con sus socios de gobierno, ERC, que, al encontrarse en una inercia ganadora, contemplan unas elecciones catalanas tras la sentencia a los líderes del «procés» como el mejor escenario para amarrar la presidencia de la Generalitat, que se le escapó inesperadamente el 21-D.
Sin embargo, los republicanos tendrán difícil forzar ese desenlace –que no esconden tampoco en público (Gabriel Rufián llegó a poner febrero como fecha)–, ya que los planes de JxCat pasan por atrincherarse en la Generalitat hasta que mejoren las perspectivas electorales y es el propio Quim Torra quien tiene la potestad para convocar elecciones. Una facultad que los neoconvergentes no dudaron ayer en reivindicar para frenar cualquier aspiración de adelanto electoral procedente de ERC. El portavoz de JxCat en el Parlament, Eduard Pujol, reclamó «respeto» hacia la figura del president, que es «la única persona que tiene la potestad para convocar elecciones». «Es una responsabilidad exclusiva del president. De nadie más», enfatizó Pujol desde el Parlament.
Sin embargo, ERC no está dispuesta a ceder toda la responsabilidad a Torra. La portavoz de los republicanos, Marta Vilalta, reclamó ayer, en la línea que había señalado Joan Tardà 24 horas antes, que la decisión de convocar elecciones «deberá hablarse» y «consensuarse» entre los socios de gobierno. En todo caso, Vilalta evitó pronunciarse sobre la necesidad de unos comicios tras la sentencia y se limitó a pedir una respuesta «transversal», que interpele a los máximos ciudadanos posibles, en una advertencia velada a los sectores maximalistas del independentismo, que vuelven a situar la vía unilateral en el horizonte.
Pero no solo los intereses partidistas pueden abocar a Cataluña a un adelanto electoral, sino que las propias circunstancias también amenazan con arrastrar a la autonomía a ese escenario. Las divergencias entre los dos socios, cada vez más acentuadas e incorregibles, hacen inviable la continuidad del Govern por mucho más tiempo. Asimismo, la parálisis que proyecta el ejecutivo, con la ausencia de presupuestos desde 2017 como punta de lanza –y no hay visos de que el gobierno catalán consiga reunir los apoyos necesarios para aprobarlos de cara a 2020–, dificultan todavía más que se alargue la legislatura.
Desde la oposición, el secretario de organización del PSC, Salvador Illa, apremió ayer a JxCat y ERC a salvar sus diferencias o a convocar elecciones porque, a su juicio, el Govern «no está la altura ni funciona bien».
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