CUP

JxSí multiplica los llamamientos a la CUP para no romper su frágil alianza

El Govern asegura que las actuaciones de los Mossos no impedirán alcanzar un pacto de presupuestos con la CUP, pese al malestar de los anticapitalistas

Junqueras y Puigdemont, ayer, durante la reunión semanal del gobierno catalán en el Palau de la Generalitat
Junqueras y Puigdemont, ayer, durante la reunión semanal del gobierno catalán en el Palau de la Generalitatlarazon

La frágil alianza de Junts pel Sí y la CUP se mantiene, pero las recientes actuaciones de los Mossos d’Esquadra están intoxicando sus relaciones políticas.

La frágil alianza de Junts pel Sí y la CUP se mantiene, pero las recientes actuaciones de los Mossos d’Esquadra están intoxicando sus relaciones políticas. Los socios independentistas continúan trabajando para alcanzar un pacto de presupuestos que sirva, entre otras cosas, para sellar una partida para costear el referéndum de autodeterminación de 2017. Pero, en paralelo, la CUP intensifica sus críticas contra los Mossos d’Esquadra, sea por facilitar con sus informes el procesamiento de quienes queman fotos del Rey, sea por el papel de la policía autonómica en la detención de la alcaldesa de Berga.

«No se puede entender, justificar ni aceptar la actitud proactiva del departamento de Interior en la persecución del independentismo», protestaba ayer la CUP. Este malestar de los antisistema amenaza con envenenar las negociaciones presupuestarias, las cuales «avanzan» –según el Govern– aunque no terminan de concretarse, ya que faltan por consensuar aspectos vinculados a la política fiscal (la CUP exige, por ejemplo, aumentar los tributos sobre las rentas más elevadas y sobre grandes fortunas).

«La respuesta a algunos de los aspectos políticos que la CUP pone sobre la mesa todavía no está», explicaba a principios de semana Quim Arrufat, miembro del secretariado nacional de la formación antisistema.

«Sin fisuras»

Pero la portavoz del Govern, Neus Munté, trató ayer de quitar dramatismo a las discrepancias con la CUP y lanzó un llamamiento a mantener la unidad. «No debe haber fisuras», pidió Munté, que se mostró convencida de que la detención del pasado viernes de la alcaldesa de Berga, Montse Venturós (CUP), «en absoluto debe afectar» a la negociación de los presupuestos entre el Govern y los anticapitalistas: «No podemos caer en ninguna trampa», reclamó la portavoz.

El Govern espera tener listo su proyecto presupuestario para 2017 antes de acabar el mes de noviembre, aunque difícilmente podrán entrar en vigor el 1 de enero del año que viene, por lo que habría que arrancar el nuevo ejercicio con una prórroga «técnica» de las cuentas anteriores.

Munté aseguró que las negociaciones con la CUP van «avanzando» y se mostró «optimista» respecto a las posibilidades de entendimiento: «Las posiciones de cada uno son legítimas, pero ha llegado la hora de los acuerdos», consideró.

La portavoz, por otra parte, fue preguntada por el ofrecimiento al diálogo realizado por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la encargada de encauzar la relación con la Generalitat. Munté dijo que se trata de «palabras vacías» y sin traducción en hechos prácticos. De esta manera restó importancia a la predisposición de Sáenz de Santamaría al diálogo, la empatía y la imaginación para abordar la cuestión catalana: «No entiendo que lo tengamos que aplaudir, de ninguna de las maneras. Esos conceptos deberían ser innatos en la acción y el comportamiento de cualquier representante político», afirmó.

Según Munté, aunque estas palabras «pueden sonar muy bien», el Gobierno demuestra, «día tras día», que son «palabras vacías». Como ejemplo citó la aprobación, en la Comisión del Estatuto del Diputado en el Congreso –con los votos de PP, PSOE y C’s y el voto en contra del grupo de Unidos Podemos y los partidos soberanistas–, del suplicatorio solicitado por el Supremo contra Francesc Homs.