Acoso escolar

La autopsia concluye que Benítez no sólo murió por los golpes

La Razón
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La segunda y seguramente definitiva autopsia del empresario Juan Andrés Benítez, que falleció en el barrio del Raval tras una violenta reducción por parte de los Mossos d'Esquadra, concluye que el fallecimiento se produjo por varios factores, básicamente por los golpes recibidos, una enfermedad cardíaca que sufría y el consumo de cocaína.

Los resultados de la autopsia señalan que la polémica muerte del empresario del Gayxample «no es la consecuencia de una causa única», sino que tiene un origen «multifactorial» derivado de los golpes recibidos, que «no fueron directamente mortales». Cabe recordar que antes de ser reducido y detenido por los Mossos, Benítez se peleó con otro hombre cerca de su casa, en la calle Aurora del Raval.

Dolencia cardíaca

El informe definitivo fue elaborado por dos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Cataluña, en base al informe preliminar de la autopsia, los estudios toxicológicos practicados al cadáver y los partes médicos, que revelan que el fallecido sufría una dolencia cardíaca denominada Wolf–Parkinson–White que le había provocado «múltiples episodios de taquicardia», pero para la que no recibía el tratamiento médico que le habían propuesto.

Los forenses admiten en su informe que, antes de morir, Benítez sufrió «violencia contusiva que dio lugar a varios hematomas y fracturas faciales», pero concluyen que «no hay ninguna lesión traumática interna que explique la muerte por sí misma».

«La muerte no fue consecuencia de una lesión o alteración de órgano vital directamente relacionada con los traumatismos», prosigue el informe que, sin embargo, reconoce que los golpes recibidos por Benítez «contribuyen a desencadenar el proceso por la activación adrenérgica propia de la excitación del momento».

Esa descarga adrenérgica, añaden los médicos, «actuó en una persona con una enfermedad cardíaca previa, que es la enfermedad de Wolf–Parkinson–White», que es arritmogénica. En opinión de los forenses, la contención que padeció el empresario –que fue inmovilizado en el suelo por varios mossos– «fue también elemento desencadenante del proceso de muerte como consecuencia del factor estresante inherente a la misma».

«La contención debe añadirse al elemento traumático como potenciales generadores de arritmia cardíaca mortal», sostienen los forenses, que creen que, aunque el mecanismo fisiopatológico último de la muerte no está claro, «todo parece indicar que la sensación de ahogo (sensación de ahogo, que no ahogo real) y agitación (normalmente previa y además derivada de la propia contención)» la facilitaron.

De hecho, los peritos concretan que la muerte por contención o reducción «es conocida en el ámbito médico–legal desde hace muchos años», asociada a traumatismos, directos o no, y en personas que frecuentemente han consumido drogas, sobre todo alcohol y heroína.

No obstante, los informes revelan que la cantidad de cocaína detectada en Benítez era insuficiente para causar efectos tóxicos. Sus conocidos negaron en un primer momento su consumo de drogas.