Gastronomía
La filosofía Nomo aterriza en una finca regia de Sarrià
Replica el concepto de restaurantes del grupo: cocina japonesa-mediterránea, con mucha creatividad y producto de calidad
Replica el concepto de restaurantes del grupo: cocina japonesa-mediterránea, con mucha creatividad y producto de calidad.
Una antigua casa del entonces pueblo de Sarrià, una finca regia catalogada con diversas estancias, ha sido el lugar elegido por los propietarios del Grupo Nomo para concretar su última apuesta gastronómica, el Nomo Sarrià, un establecimiento que si bien conserva «la misma carta que los restaurante del grupo que le preceden», su ubicación hace de él una propuesta única.
«Nomo es ya como un estilo de vida. Los demás son un restaurante, nosotros somos una filosofía», indica Borja Molina-Martell, uno de sus propietarios, para a continuación asegurar que «cuando la gente viene a Nomo, quiere Nomo», razón por la cual se ha optado por no variar la oferta en este nuevo restaurante, que presenta como grandes particularidades su carta de sugerencias, la coctelería y el estilo del establecimiento, que ha abandonado el típico carácter industrial del grupo. «En nuestra política de expansión, estamos buscando locales diferentes en zonas propias de nuestros clientes y así es como surgió el Nomo Sarrià, en un barrio donde no hay oferta de gastronomía japonesa», señala.
En cualquier caso, este nueva apuesta mantiene las señas de identidad del grupo, de «la marca Nomo, es decir cocina japonesa con toques mediterráneos, honestidad y buen producto», destaca Juan Molina-Martell, otro de los propietarios junto al chef japonés Naoyuki Haginoya y Ramon Jiménez. «Nuestros clientes quieren Nomo, no simplemente un restaurante japonés», asegura para a continuación explicar que la singularidad de su propuesta es que «nuestro oferta se basa en las creaciones de Nao, que es japonés pero innova con productos de aquí». «Él crea cosas pensando en el cliente; entiende muy bien el paladar de aquí y la gastronomía japonesa y sabe fusionar las dos cocinas siendo siempre respetuoso con ambas» señala Borja.
Y en este contexto, la oferta del Nomo se concreta en el concepto de compartir. «Es como un tapeo de comida japonesa, algo que allí realmente no se hace pero nos permite mostrar en qué consiste la comida nipona», indica el propietario, quien resume el éxito de la propuesta al asegurar que «Nao tiene un don» y además, «constantemente está innovando». Por ello, el restaurante cuenta con una carta de sugerencias, especifica para cada uno de los restaurantes, la cual va variando cada tres meses aproximadamente y «la carta está muy viva». «Nos gusta sorprender a nuestros clientes», asegura Juan.
La base de esta propuesta, sobre la que el chef crea y elabora sus platos, es un producto de máxima calidad, muy cuidado y, a ser posible, ecológico y de kilómetro cero. «Nuestros proveedores son nuestros partners, colaboramos con ellos», explica Borja, quien, a modo de ejemplo, recuerda que «hemos creado un huerto en Sant Climent del Llobregat y Nao trae a veces semillas de Japón que nuestro agricultor planta». Además, «traemos productos novedosos como el salmón de Alaska o el bacalao negro», apunta el propietario, para quien es importante destacar que «los postres los elaboramos nosotros, son caseros».
En esta ocasión, además, el grupo ha innovado también en lo que se refiere a la decoración e interiorismo del establecimiento, que ha abandonado «los metales y el aire industrial» tan característicos de los restaurantes del grupo para apostar por un estilo acorde con las características de la finca. Especialmente singular es el piso inferior del establecimiento, que probablemente fue en su día una bodega. Sus paredes de piedra, el techo abovedado o el túnel secreto que comunica la finca con la iglesia, que data de la Guerra Civil, dan a este local un aire único.
En definitiva, la apertura el pasado mes de mayo de Nomo Sarriá es un muestra más de que, tal y como señala Juan Molina-Martell, «hemos convertido una pasión en un restaurante, y un restaurante en una empresa», que consta hasta día de hoy de seis establecimientos –NomoGracia, Kuo, NomoMoto, FarNomo, Yani– el único que no es japonés– y Nomo Sarrià- y el plan de expansión del grupo contempla la inauguración en 2018 de un nuevo Nomo en Sant Feliu de Guíxols, y de otro NomoMoto en Barcelona antes de 2020.
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