La oposición se moviliza contra la «censura» que ejerce De Gispert

BARCELONA- PP y Ciutadans se mostraron ayer indignados con la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, cuya actitud provocó la estampida de ambas formaciones de la cámara catalana el jueves. El enfado en ambos partidos era mayúsculo porque entienden que la segunda autoridad de Cataluña debe actuar con neutralidad y sobre todo moderar el debate de manera equitativa, principios que el jueves brillaron por su ausencia en el Parlament.

El diputado de CUP David Fernández pudo decir que el 12 de octubre PP y Ciutadans se manifestarían junto con «los xenófobos de Plataforma per Catalunya, los neonazis de Tramontana y la Falange». Sin embargo, el diputado de Ciutadans Jordi Cañas no pudo responder porque la presidenta del Parlament le cortó y tuvo que seguir su discurso sin micro aplaudido por los diputados del PP. Finalmente, unos y otros abandonaron el hemiciclo mientras De Gispert les decía «marchen, marchen».

Ambos partidos han unido fuerzas porque quieren acabar con unos episodios que consideran «bochornosos». Ayer solicitaron la convocatoria de la Junta de Portavoces para «denunciar» la actitud de la presidenta del Parlament de intentar «censurar» la opinión política de determinados grupos parlamentarios. Cañas pidió que De Gispert «rectifique» y «se comprometa a tratar con equidad al conjunto de las fuerzas políticas». Por su parte, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, aseguró que si no cambia su actitud pedirá la dimisión, una iniciativa que también comparte Ciutadans. La situación trascendió al resto de formaciones y llevó a que el PSC se alineara con los afectados. «Le pedimos a la presidenta del Parlament que sea más ecuánime en su actuación», aseguró el primer secretario, Pere Navarro, para el que Mas «tiene la obligación de actuar».

La presidenta del Parlament es a su vez presidenta de la comisión parlamentaria por el derecho a decidir, iniciativa en la que no participan ni PP ni Ciutadans al entender que es un instrumento al servicio del independentismo. El pleno del Parlament tuvo que modificar la normativa, con el apoyo de CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP, para que De Gispert pudiera encabezar la comisión que guía en la cámara el proceso secesionista.