Barcelona
Las crónicas sobre la vampira de Barcelona
Los crímenes de Enriqueta Martí han dado pie a numerosa literatura, como «La mala dona», la genial novela de Marc Pastor. Pero la ficción en ocasiones ha tergiversado unos hechos que impactaron de manera alarmante a la sociedad barcelonesa de 1912. Todo eso se recoge en las crónicas periodísticas de la época, especialmente en las que realizó el periodista Luis Antón del Olmet. La editorial Ginger Ape Books & Films ha tenido la feliz idea de recoger esos textos periodísticas en el volumen «La vampira de la calle de Poniente. Crónica de un suceso». Leídas un siglo más tarde, aquellas informaciones siguen siendo tan estremecedoras como lo fueron en su momento para lectores aterrorizados ante esos sucesos.
Enriqueta Martí, la llamada Vampira de la calle Ponent, aterrorizó Barcelona en 1912. La mujer fue propietaria de un burdel en el que se ofrecían los servicios sexuales de menores, hecho por el que fue juzgada aunque sorprendentemente no le pasó nada. Poco después volvía al ataque, pero desde una perspectiva más sangrienta, al secuestrar y asesinar una serie de pequeños, algunos recién nacidos y los más mayores de 9 años de edad. Todos ellos acababan descuartizados y de sus cuerpos se aprovechaba todo, con los que fabricaba una serie de peculiares remedios como curandera. La burguesía barcelonesa los compraba pensando que en ellos encontraba los remedios y la salvación para sus enfermedades. No fue hasta su detención, en febrero de 1912, cuando se descubrió todo el terror del que había sido capaz Enriqueta. Las primeras crónicas de la época también recoge ese tono.
Calle de Poniente
El 28 de febrero de 1912, el diario «Abc» recogía esta noticia por desgracia sin firmar del autor. «Barcelona 27 [de febrero de 1912], 2 tarde (URGENTE). Un guardia municipal ha encontrado esta mañana a la niña desaparecida. Estaba secuestrada por una mujer de cuarenta años, llamada Enriqueta Martí, en una casa de la calle de Poniente. Cuando el público ha conocido la noticia, se ha agolpado frente al domicilio de la Enriqueta, y para evitar un asalto, han tenido que acudir las fuerzas de orden público. Ampliaré detalles». Este artículo supone el pistoletazo de salida a la investigación sobre aquellos crímenes.
Luis Antón del Olmet fue uno de los periodistas que se sintieron fascinados por los hechos, como lo demuestran los numerosos textos que dedicó al caso y que se recogen en la edición. El 17 de marzo de 1912, Olmet apuntaba que en todo aquello «no hay folletín. Hay sólo un caso psicológico curioso, profundo, que tiene su origen en esas calles horrendas, por las que transité asombrado la otra noche, y en un mal tràgico, irremidible quizá. En la falta de religión y de cultura mal aconsejadas por el hambre».
Todo ello nos amplía ese horror hasta la actualidad, pero al mismo tiempo nos ilustra sobre la manera de hacer periodismo desde las calles de la Barcelona que conoció unos crímenes imborrables.
✕
Accede a tu cuenta para comentar